Por más que el gobierno despotrique contra los tenedores de deuda, lo cierto es que el hecho de no haber honrado los compromisos de pago en tiempo y forma le terminará pasando factura. El pasado jueves se supo que la Argentina deberá pagar a los acreedores que demandaron por el default en los Estados Unidos una tasa de interés del 101%. El fallo de la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito de aquel país hace referencia a la nota por u$s 200 millones a tasa flotante que emitió Argentina en 1998. La jueza Reena Raggi, integrante de dicha Corte, aprovechó para dejar en claro cuál es la imagen del país y sus abogados, a los que tildó de "actores sofisticados". Lamentable.