El gobernador Sapag estuvo toda esta semana dedicado a recorrer los pasillos de la Casa Rosada en busca de alguna señal del gobierno nacional para llegar, de forma decorosa, a un acuerdo por la refinanciación de los pasivos provinciales.
La negativa de la administración Kirchner fue tajante.
El martes el mandatario provincial tenía prevista una reunión con CFK para tratar este complejo tema, pero la presidenta canceló la audiencia luego de interiorizarse de las demandas que allí se iban a plantear. "Le dimos la alternativa de refinanciar la deuda con otras herramientas. Pero para ingresar al programa de desendeudamiento la única posibilidad que existe es dejar de lado todos los reclamos judiciales contra la Nación", volvió a insistir este fin de semana un allegado del ministro Julio de Vido al ser consultado por el tema.
Desde el gobierno provincial adelantaron que habían pedido más tiempo para discutir las posibles salidas presentadas en las últimas reuniones por los funcionarios nacionales. Una de ellas, la que se evalúa con mayor fuerza, es la oferta de obras para Neuquén por un valor cercano a los 3.000 millones de pesos (faltaría definir el número final), mediante fondos que serían incorporados en los próximos presupuestos nacionales.
A cambio caerían los juicios que hoy están planteados con el gobierno nacional y Sapag firmaría la refinanciación de sus pasivos. Está claro que cualquiera de las alternativas ofrecidas por la administración Kirchner -inclusive la de las mayores transferencias para obra pública- tendrá menos beneficios económicos para Neuquén que el programa de desendeudamiento anunciado meses atrás.
más obras... y van
De formalizarse el acuerdo por más obra pública, ¿qué garantía existe de que esos fondos llegarán a la provincia en tiempo y forma? Ninguna.
Hasta ahora las promesas de mayores transferencias y los explosivos anuncios de pavimentación y construcción para infraestructura y viviendas para Neuquén por parte de Nación quedaron sólo en eso: anuncios.
Una sola cifra define posiciones y resultados. Las frías estadísticas oficiales muestran que Río Negro en el 2010 percibirá por transferencias discrecionales del Ejecutivo casi el doble de fondos que Neuquén, pese al acercamiento que muestra Sapag con el matrimonio K.
Todo está muy empantanado y el gobernador neuquino sigue sin recibir señales políticas claras desde la Nación.
A pesar de que las conversaciones entre Jorge Sapag y el gobierno central se están volviendo cada vez más accidentadas, el mandatario provincial no da muestras de revisar su estrategia; se aferra a un diálogo que, en muchos casos, termina vacío de resultados.
Es así que desde el entorno del mandatario provincial se asegura que "no habrá cambios de rumbo". Se continuará al lado de los Kirchner pese al trato recibido en estos casi tres años de gobierno. "Sapag no va a dejar a la deriva todo lo hecho hasta ahora, y menos en un año electoral donde hay mucho en juego", aseguró un allegado al gobernador que no dudó en señalar también que, si el acuerdo al que quiere llegar la Nación no le conviene a la provincia, "no se firmará".
Sin embargo, pese a esta contundente afirmación, existen muchas dudas sobre el resultado que se pueda obtener en las negociaciones por la refinanciación de los 1.800 millones de pesos.
No son pocos los que se arriesgan a señalar que finalmente Neuquén terminará acordando con Nación por una cuestión "netamente política".
A Sapag la firma del acuerdo le permitirá, de cara a los próximos meses, contar con unos de 300 millones de pesos adicionales. Si bien esta cifra representa menos del 5% del total del presupuesto que maneja la provincia, en medio de la crítica situación fiscal en que se encuentra Neuquén este insignificante monto es lo que le puede acercar la garantía de gobernabilidad al mandatario neuquino para lo que queda de su gestión. Así de sencillo.
De ahí que el gobernador esté tan interesado en sellar cuanto antes este acuerdo con Nación. Lo apura el corto plazo.
Pero firmar bajo presión de los K llevaría a dejar de lado el reclamo por regalías y coparticipación que suma miles de millones de pesos para Neuquén. La opción de la gente de De Vido fue ofertar mayores transferencias destinadas a obra pública neuquina para "no herir susceptibilidades". Más anuncios sobre Chihuido no quedarían fuera de este acuerdo.
Con los tiempos legales vencidos para el mandatario neuquino, la administración Kirchner ya adelantó que "todo no se puede llevar: o se queda con la refinanciación que ya cerramos con el resto de las provincias o se queda con los juicios a cobrar. El gobernador sabrá qué es lo que más le conviene".
Todo un dilema para Sapag.
(Redacción Central)