En la actualidad, la economía neuquina presenta una estructura económica basada en la actividad que se denomina primaria (los bienes y servicios primarios son aquellos que representan un estado de la naturaleza puro, recursos naturales que se extraen y que no involucran un proceso de modificación industrial en la primera venta), principalmente en el sector de explotación de minas y canteras, aunque es importante destacar que esta particularidad es propia de las últimas décadas.
Durante los años setenta la actividad de la construcción llegó a constituir, en la provincia de Neuquén, la cuarta parte del Producto Bruto Geográfico provincial (PBG), mientras que la explotación de minas y canteras (aquí está la producción de hidrocarburos) sólo representaba el 16% aproximadamente del total de la riqueza generada.
Este escenario ofreció las bases necesarias para que, durante los años ochenta y principios de los noventa, se desarrollara una economía orientada a la actividad primaria, caracterizada por el pleno funcionamiento de las grandes obras hidroeléctricas y el aumento de la producción hidrocarburífera. Esta última se vio fomentada por la desregulación y la privatización del sector, en los años 1991 a 1993, con la llegada del modelo neoliberal a la economía argentina.
En contraposición con los ochenta, toda la década de los noventa estuvo caracterizada por la liberalización de los mercados y estabilidad de precios. Esto definió que la provincia de Neuquén comenzara a depender de la actividad primaria, a pesar de las bajas cotizaciones del petróleo en el mercado internacional, que tocaron valores mínimos hacia fines de los 90. La desregulación del sector que habilitó la exportación del crudo permitió contrarrestar el efecto anterior y mantuvo la actividad en considerables niveles de producción.
El proceso de devaluación del año 2002 habilitó una mayor cantidad de perforaciones, estimuladas por una mayor competitividad registrada en los primeros años de la década del 2000, pero luego la intervención K hizo desplomar las inversiones y el nivel general de actividad.
A valores corrientes, según el Ministerio de Hacienda de la provincia de Neuquén, en el año 1993 el sector terciario representaba alrededor del 52% del PBG, mientras que la minería, el petróleo y el gas, en conjunto con el sector agropecuario, representaban el 36% de ese producto. Sin embargo en estos últimos años la serie registra una rotación de posiciones, donde el sector primario toma una participación de aproximadamente el 52% del Producto Bruto Geográfico.
La evolución del sector secundario se mantuvo relativamente estable durante todo el período, ya que en el año 1993, la contribución de la industria, electricidad, gas, agua y la actividad de la construcción era del orden del 12%, pasando a contribuir en los últimos años alrededor del 14%