La economía china dio señales de desacelerarse en el mes de julio, mientras que la inflación se orienta al alza a raíz de las inundaciones, según cifras publicadas recientemente por el gobierno.
Esta baja de régimen de la locomotora de la economía mundial tiene lugar luego de las medidas adoptadas por China para evitar la formación de una burbuja especulativa en el sector inmobiliario y recortar el crédito.
Pero, factor imprevisto, las inundaciones que afectaron las grandes regiones del país empujaron al alza los productos alimentarios, destruyendo cosechas y cortando los ejes de comunicación.
El índice de precios al consumidor subió 3,3% en julio, contra 2,9% en junio, según la oficina nacional de estadísticas BNS.
"El mal tiempo y graves inundaciones" contribuyeron mucho en la inflación, explicó el portavoz de BNS, Sheng Laiyun, durante una conferencia de prensa.
De todos modos, insistió en el hecho de que China podría mantener los precios "en general estables" este año para alcanzar el objetivo gubernamental.
Sin embargo, el portavoz estimó que los aumentos de salarios y el alza de los precios de las materias primas y los cereales en el mercado internacional podrían alimentar la inflación.
La ola de calor y los gigantescos incendios en Rusia provocaron una suspensión de las exportaciones de trigo de ese país, con el consiguiente aumento de sus precios mundiales.
En el sector bancario, dos noticias dieron cuenta de la decisión de Pekín de intentar evitar un calentamiento de su economía limitando el crédito y controlando más los préstamos ya otorgados.
Los bancos chinos acordaron nuevos préstamos por 532.800 millones de yuanes (59.900 millones de euros) en julio, en baja con respecto al mes anterior.
Por otra parte, la Comisión china de Regulación Bancaria ordenó a los bancos del país volver a incluir en sus cuentas unos 2,3 billones de yuanes (340.000 millones de dólares) de préstamos dudosos que fueron convertidos en títulos y vendidos a fondos de inversiones, según Financial Times.
"Creo que aparece claramente que toda la economía se está desacelerando", declaró el analista Ken Peng, de Citigroup, para quien "el gobierno aún no acciona los botones de emergencia porque el crecimiento sigue a un nivel relativamente elevado".
"Me sorprendería que haya medidas de emergencia, pero habrá más endurecimiento" de la política monetaria", anticipó.
La producción industrial aumentó 13,4% interanual, marcando una leve desaceleración con respecto al 13,7% registrado en junio, según la BNS.
El crecimiento del PBI anual moderó su ritmo desde el 11,9% que alcanzó en el primer trimestre a un 10,3%, dijo la Oficina Nacional de Estadísticas. La cifra fue un poco menor a las previsiones del mercado de un 10,5%.
Otros datos sugieren que los límites a los préstamos a compradores de casas y autoridades locales, junto a una caída en el gasto de estímulo del gobierno y el fin de un inventario de reconstrucción, tuvieron un mayor impacto a medida que el trimestre se acercaba a su cierre.
Los mercados financieros han estado cada vez más alterados ante la posibilidad de que el gobierno esté aplicando los frenos muy bruscamente en una economía que ha sido un gran motor de la recuperación mundial desde la recesión más profunda en 80 años.
"La buena noticia es que la economía está aguantando. La mala noticia es que la inversión está disminuyendo", dijo Dong Tao, uno de los principales economistas de Asia.