"Soy Francisco -Franco para todo el mundo- Macri, un empecinado empresario argentino. No faltan quienes no me dan derecho a la defensa, y eso no es justo. He vivido librando batallas, a veces como un gladiador solitario en medio de la arena del circo, adaptándome a lo inesperado, basado en mi decidida vocación de multiplicar mis empresas y mis empleados, como todo empresario desea". Así se presentó en "El futuro es posible. Mi experiencia de medio siglo como empresario en la Argentina", biografía que le escribió una periodista norteamericana y que editó Planeta. Transcurría entonces el 2004, cuando aseveró que había sido "objeto de calumnias; todavía pretenden acosarme con campañas maliciosas en mi contra o contra mis empresas. He padecido la envidia ciega de aquellos que no se esfuerzan, que no arriesgan".
Tuvo -tiene a los 82 años- una enorme habilidad para acomodarse a cada momento político, prácticamente desde que arribó a la Argentina el 6 de enero de 1949, y enseguida consiguió empleo en Sadop (Sociedad Anónima de Obras Públicas), una actividad en la que más adelante incursionaría por cuenta propia y con sus empresas Sideco e Iecsa, entre otras, convirtiéndose en uno de los protagonistas de la denominada "patria contratista".
Socma (Sociedades Macri) se benefició con los contratos de Manliba para la recolección de residuos durante la dictadura militar, en 1979 -los renovaría en 1990, gracias al intendente porteño Carlos Grosso, quien había trabajado en su holding-, y la licuación de pasivos, o sea la estatización de su deuda externa cuando Domingo Felipe Cavallo era el presidente del Banco Central, en 1982. En 1975, Socma tenía siete empresas y en el 83 ya eran 46.
Después llegarían la protección a la industria automotriz de Raúl Ricardo Alfonsín y las concesiones en el primer período de Carlos Saúl Menem, como la del Correo Argentino, con el Banco Galicia como socio minoritario, en 1997, por la que Franco Macri se comprometió a pagar al Estado un canon semestral que al dejar de abonar influyó para que durante la presidencia de Néstor Carlos Kirchner (NCK), en el 2003, le quitaran la concesión, situación por la que el año pasado obtuvo un resarcimiento de la Justicia de unos 800 millones de pesos que todavía no cobró.
Según la Dirección General Impositiva (DGI), Sevel Argentina, cuando la presidió Mauricio, evadió unos 55 millones de pesos entre 1993 y 1995. Exportaba autopartes a Sevel Uruguay por las que percibía reembolsos, las cuales eran ensambladas en el vecino "paisito" y luego traídas como automóviles terminados a la Argentina, con un arancel diferencial del 2%. Por esto a Mauricio lo embargaron en 4,9 millones de pesos y procesaron por "contrabando", aunque la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de "mayoría automática" lo declaró inocente, al igual que a su padre.
Socma llegó a facturar 2.300 millones de dólares anuales. Leonardo Maffioli, gerente general, comunicó que el grupo, asociado con la automotriz china Chery (51% de las acciones), lanzaría a fines del 2007 la camioneta 4x4 "Tiggo" ("tigre" en chino), por realizarse en la ex planta de Sevel en Uruguay.
Franco venía insistiendo desde los 80 en que el futuro estaba en China y fue uno de los impulsores de la Cámara de la Industria y Comercio Argentino-China. Ahora divide el año entre Beijing -acompañado por Nuria Quintela, su amiga casi 40 años menor que él- y Buenos Aires. Dice que no tiene nada que ver con Socma porque se desprendió de sus acciones. Pretendía que lo sucediera uno de sus cinco hijos, el más capacitado, algo que no ocurrió. La dirección general la ejerce Maffioli y los propietarios serían Gianfranco, Mauricio, Sandra, Mariano y Florencia Macri.
Las constructoras Iecsa y Crearurban pasaron a manos de Ángelo Calcaterra, hijo de Pía, hermana menor de Franco, y Socma diversificó sus inversiones en los rubros agroindustria, automotor, recolección de residuos, energía eólica, aeronavegación, gas natural comprimido, minería, turismo y desarrollos inmobiliarios, con ventas que rondarían el equivalente a 500 millones de dólares anuales. Sus principales empresas son Chery-Socma, Qualix, Macair Jet, Yuto, Aerochaco, Arelauquen Lodge y Sideco (nuclea a varias firmas). Con Qualix se dedica al tratamiento de residuos en Brasil y Uruguay. Asimismo, participa en negocios en Perú. No hace mucho Socma acordó asociarse con el desarrollador belga Burco y la cadena portuguesa de hoteles Pestana en Arelauquen Lodge e invertir 30 millones de dólares en un complejo hotelero y participar en otros proyectos turísticos.
Franco promueve negocios ferroviarios, de comunicaciones y de construcciones entre China y América Latina, sin descartar los agroindustriales, y percibiría por los contratos que cierra el 4% de comisión.
Confiesa que vio a NCK una sola vez, cuando en el 2008 acordó con Ricardo Jaime, entonces secretario de Transporte, la compra en China de vagones para Subterráneos de Buenos Aires y lo invitaron a la Casa Rosada el día del anuncio. Ése fue el inicio de su "acercamiento" como representante de Citic, que depende del Consejo de Estado.
Federico Pinedo, jefe del bloque de diputados nacionales del macrismo, exigió explicaciones sobre lo tramado por Jaime y Franco para que la Argentina adquiriera 279 vagones en 850 millones de dólares. Ante semejante planteo hubo una rebaja a... 650 millones. Los memoriosos evocan que Citic ofreció venderlos, cuatro años antes, a un millón cada uno. Citic intervendrá, por otra parte, en operaciones recientemente pactadas.
