Había cierta tranquilidad en el horizonte.
Estados Unidos estaba dando señales de que su economía retomaba la senda del crecimiento. Europa dio a conocer indicadores financieros sobre la base de los cuales se interpretaba que "lo peor ya había pasado". Pero llegaron las noticias del gigante asiático. El cierre del semestre detalló que el crecimiento se mantenía cerca de los dos dígitos, las reservas del Banco Central de China habían alcanzado nuevos máximos y las exportaciones habían marcado nuevos récords. Todos datos anticipados por el mercado.
Sin embargo, esta semana circuló un documento de la Comisión Reguladora Bancaria de China (CBRC, por sus siglas en inglés), publicado por el diario británico "Financial Times", en el que se daba cuenta de que en una reunión reciente se había asumido que cerca de una cuarta parte de los 7,66 billones de yuanes (1,1 billones de dólares, 870.000 millones de euros) corría un alto riesgo de cobro.
El 2012 marcará el estallido de la burbuja inmobiliaria china, afirmó semanas atrás uno de los analistas más brillantes de Asia, Andy Xie, anterior economista jefe de Asia de Morgan Stanley y ahora economista independiente. "Cuando vuelva la inflación, el gobierno chino se verá forzado a subir los tipos de interés. Cuando los préstamos se encarezcan el precio de la vivienda en los niveles de hoy no será sostenible y se producirá una marcada corrección. Mi intuición es que eso sucederá en el 2012".
Su teoría está apoyada en las fluctuaciones demográficas de la historia reciente de China: en la década de 1950, el presidente Mao Zedong pidió al pueblo tener más hijos para reforzar la población y "las ´madres heroínas´ con diez hijos incluso podían encontrarse con Mao", rememoró el economista al "Financial Times".
Los bancos chinos reconocen que alrededor del 23% de los créditos otorgados a los gobiernos locales de su país sufre un riesgo "serio" de impago. La mayoría de estos créditos fue otorgada para proyectos de infraestructura, dentro del plan de estímulo económico previsto por Pekín para recuperar la economía.
Los analistas internacionales salieron a alertar a sus inversores señalando que los créditos mencionados no estaban computados en la relación oficial entre deuda y PBI de China, que se sitúa oficialmente en el 22%. Si se suman estos préstamos a nivel local, la deuda china asciende otro 30%, hasta superar el 50% de su riqueza, dato que comienza a preocupar.
Los primeros informes privados detallan, frente a estas nuevas estadísticas, que los problemas en el mercado inmobiliario del gigante asiático podrían ser mucho más severos aún que los que sufrió Estados Unidos antes de que comenzara la crisis, según recoge el "Financial Times". China combina la burbuja inmobiliaria con el riesgo del descontento social.
Hang Daokui, profesor de la Tsinghua University y miembro del comité de política monetaria del Banco Central de China, indicó como prioridad aplicar medidas para enfriar la burbuja del mercado inmobiliario, necesarias éstas como políticas a largo plazo para mantener bajo control el alto precio de las casas.
Asimismo, añadió que aún hay signos de que la economía está sobrecalentada y recomendó un modesto incremento de los tipos de interés, así como del valor del yuan. "El problema del mercado inmobiliario en China es enorme, mucho más que fundamental y mucho mayor que el que sufrían Estados Unidos y Reino Unido antes de que estallara la crisis financiera", comentó el profesor. "Es más que un problema de burbujas", aseguró Daokui al medio londinense.
La mirada de los operadores está puesta ahora en los próximos informes que surjan a partir del segundo semestre del año. Cambios de tendencia en el sector inmobiliario de este gigante serán claves para llevar tranquilidad a los mercados. (Redacción Central)