La lluvia de dólares que está ingresando al mercado permite predecir, por lo menos para el corto plazo, que la moneda norteamericana no será un buen refugio para capitalizar ahorros.
Esta semana el Banco Central volvió a intervenir el mercado para comprar dólares y de esta manera sostener la paridad cambiaria local. Los ingresos derivados de la venta de soja, sumados a la llegada de inversores para captar el buen momento de los títulos argentinos, llevaron a que las reservas del Central se ubicaran por encima de los 51.000 millones de dólares, todo un récord en la historia de esta institución financiera. Este escenario llevó a que el dólar a futuro en la City porteña cayera para fin de año en tres centavos en promedio. Ya son pocos los que se arriesgan a sostener una moneda norteamericana por arriba de los 4,20 pesos para fin de año. Que alcanzara ese valor significaría un incremento promedio del 5% en el segundo semestre contra una inflación superior al 10% para el mismo período.
Desde el gobierno nacional aseguran que mantendrán la competitividad externa de la paridad cambiaria. Lo que también argumentan es que en los actuales niveles hoy esta relación es competitiva para nuestro comercio externo. Otra señal de que pocos serán los cambios que habrá que esperar para el dólar en el mercado local, por lo menos en lo que al corto plazo se refiere.
Sin embargo, la consultora Ecolatina señaló en uno de sus últimos informes que la inflación licuó gran parte de las ventajas competitivas de que disfrutaban los exportadores. "Según nuestras proyecciones la inflación terminará el año por encima del 25%, lo que implica el mayor incremento de precios minoristas desde la devaluación. Para peor, esperamos que siga trepando algunos puntos más en el 2011", afirma el escrito. "La ventaja cambiaria de la devaluación se perderá en el 2011", consideró. De ahí que nada esté dicho para el mediano plazo.