El G20 presiona. El Grupo de los 20 volvió a presionar a la Argentina ya que considera que el gobierno argentino no va a poder sostener por mucho tiempo más su intransigencia de no someterse al artículo IV del FMI. Esa mayor presión la sintió el propio ministro de Economía, Amado Boudou, en la última reunión del G20 desarrollada en Busán, Corea. Una fuente del equipo económico tuvo que admitirlo. "Hay algunos funcionarios de los países desarrollados que insisten en eso. Nosotros consideramos que éste es un tema muy gastado", resumió la fuente. De todas maneras, por lo bajo, en el gobierno ratifican que lo único que se está dispuesto a conceder es el intercambio de información con el FMI. "Nuestra postura frente al FMI es clara. No queremos que intervenga en las cuestiones internas de la Argentina. Puede haber, sí, intercambio de información técnica y estadística", señaló otra fuente. Y tal como está la situación parece difícil congeniar posturas.
El problema es que la Argentina deberá terminar de negociar con el Club de París. "No vamos a proponer al Club de París un pago al contado, buscaremos otros mecanismos para poder llegar a un acuerdo", concluyó la fuente.
Un diagnóstico preocupante. Los empresarios han elaborado en los últimos días un diagnóstico preocupante. Los hombres de negocios del establishment local, ligados a la AEA (Asociación Empresaria Argentina) y la UIA (Unión Industrial Argentina), han coincidido en que se está observando una peligrosa aceleración del aumento de precios y de los reclamos salariales que podría terminar con una situación de crisis. Para eso se está preparando un "paper" sobre la preocupación por el tema de la reapertura de las paritarias. "Es difícil poder planificar en base a este sistema de paritarias, que es cada vez más inconstante y que no deja margen para una mayor previsibilidad. Además, va a acelerar la inflación", concluyó una importante fuente de AEA.