La crisis griega terminó afectando a todos los países de la Unión Europea.
Si bien los paquetes de ayuda del BCE y el FMI fueron señales positivas para el mercado, los analistas aseguran que con esta herramienta lo único que se logra es ganar tiempo y generar expectativas inflacionarias a mediano plazo.
Si no se abordan los desequilibrios fiscales mediante la reducción del gasto y el aumento de los ingresos, sólo quedan dos opciones: la inflación para aquellos países que se endeudan con su propia moneda y pueden monetizar sus déficits (éste es el caso de la Argentina, que posterga ajustes estructurales convalidando suba de precios) y la quiebra para los países que se endeudan en una divisa extranjera o no pueden imprimir su propia moneda (que es el caso de naciones de Europa).
Pese al "efecto heleno" todo indica que este año será mejor que el 2009 para la administración Kirchner, siempre en materia económica.
Las estadísticas oficiales muestran que hasta ahora la economía crece y se despega de la recesión observada el año pasado.
No obstante, el deterioro que se advierte en el modelo productivo (alta inflación, falta de inversiones y tipo de cambio perdiendo competitividad, entre otros indicadores) determina que el crecimiento de la Argentina depende cada vez más del contexto internacional. Dos son las causas que avalan esta afirmación.
La primera de ellas es que la demanda externa de nuestros productos es la que motoriza gran parte de la economía local. La segunda, que las ventas de exportaciones son determinantes para sostener una balanza comercial positiva, que es la que permite en definitiva mantener el flujo de ingreso de dólares al país y controlar así el mercado cambiario en la plaza local.
Las recientes restricciones que el gobierno argentino aplicó sobre las importaciones tienen respuesta en este último concepto.
Las estadísticas oficiales detallan que las exportaciones argentinas están creciendo a tasas inferiores respecto de las importaciones. Esto determina que los saldos comerciales se debiliten (cae el ingreso de divisas al país).
El modelo económico que impulsa la administración Kirchner se sustenta en una balanza comercial superior a los 10.000 millones de dólares anuales. Por debajo de estos valores, se limita su margen de acción. Manejándose en el corto plazo -conducta característica de esta administración- el gobierno en vez de dar impulso a las exportaciones a través de una estrategia sostenida en el tiempo opta por sostener el intercambio comercial por encima de los niveles mencionados, por frenar las importaciones. El problema que se advierte es que esta política no puede sostenerse en el tiempo dados los conflictos comerciales que termina generando. Por lo tanto, volver a los niveles de 10.000/12.000 millones de superávit comercial dependerá pura y exclusivamente de un nuevo salto en las exportaciones. La duda es si en este nuevo escenario internacional es posible esta alternativa.
Dependencia
Un reciente informe elaborado por la consultora Economía & Regiones (E&R) detalla que en forma constante y sostenida el sector externo fue ganando peso relativo en la economía del país desde el ingreso K al gobierno.
En términos del producto, tomando valores constantes, es cuatro puntos porcentuales superior al promedio de la convertibilidad. En valores corrientes, esa diferencia asciende a más de 20 puntos porcentuales (ver infografía). Es decir, los vientos de cola que llegan desde el exterior son cada vez más importantes para sostener el modelo productivista del matrimonio Kirchner.
Los interrogantes para nuestra región están dados por los efectos de contagio que el Viejo Continente tendría sobre los indicadores de la economía argentina para lo que resta del 2010 y lo que hay que esperar para el 2011.
Con la foto del actual escenario internacional se podrían sacar algunas conclusiones:
* La crisis financiera que afecta a los países de Europa ya está comenzando a impactar sobre la economía real del Viejo Continente, lo que sin dudas afectará el comercio entre la Argentina y ese bloque económico. Se espera una reducción de la demanda externa desde los países de la UE-15 con potenciales repercusiones sobre la economía local. Sin embargo, al analizar las estadísticas oficiales, se observa que este bloque económico concentra sólo el 17% del total del intercambio comercial argentino respecto del resto del mundo (ver infografía). Esto permitiría inferir que -por ahora- los efectos comerciales de la crisis griega serían acotados para la Argentina. Aun así las amenazas persisten, en especial para el 2011, ya que de profundizarse los problemas financieros en Europa el contagio a países comercialmente claves para la Argentina (como Brasil y China) restringiría fuertemente el comercio externo de nuestro país. La probabilidad de ocurrencia de un escenario internacional con estas características para el 2011 está dada esencialmente por la continuidad de los desequilibrios macroeconómicos en los países industrializados y el retiro de la ayuda fiscal a estas grandes y frágiles economías.
* Otro de los temas que preocupan en el país son los efectos que puede llegar a generar la crisis sobre los precios de los commodities y en especial en la cotización de la soja, producto determinante en el ingreso de divisas a la Argentina. Sobre este tema la consultora abeceb.com detalla que los commodities en general están mostrando tendencias de precios a la baja desde inicios de la crisis griega. El barril de petróleo, por dar un ejemplo cualquiera, mostró sensibles bajas (perforó esta semana el piso de los 70 dólares el barril mostrando caídas superiores al 15%). La soja todavía no quebró el piso de 340 dólares en el mercado internacional (bajó sólo unos cinco dólares desde el inicio de los problemas en el Viejo Continente) producto de la demanda china, que continúa traccionando los precios de este producto pese a los problemas que existen en el mercado. Distintos estudios privados detallan en este sentido que el modelo económico kirchnerista se encontraría en serios problemas (fiscales y cambiarios) con una soja en el mercado internacional por debajo de los 300 dólares la tonelada, independientemente de la cosecha récord esperada para esta temporada en el país. Con valores en torno a los 350 dólares las exportaciones se ubicarían en 18.000 millones de dólares, un valor sumamente importante para la caja fiscal y el mercado de cambios.
Conclusión
Como se mencionó, el peso relativo del sector externo es clave para sostener el modelo productivista aplicado por el gobierno.
Se debería hacer un seguimiento sobre dos variables, entre otras tantas, para saber cómo está impactando la crisis internacional en la economía local:
* La balanza comercial. Un superávit por debajo de los 800 millones de dólares por mes complica el escenario (alrededor de 10.000 millones anuales).
* La evolución del precio de la soja. Si las cotizaciones perforan el piso de los 300 dólares por tonelada, estamos en problemas.
El deterioro que se observa en el modelo hace que la relación entre crecimiento e inflación esté muy presente en lo que queda del 2010 y el 2011.
Políticamente el gobierno ya está jugando a crecer por encima del 6% con una inflación superior al 20% para el cierre del año, dejando de lado la alternativa de un salto en el PBI del 3% con aumento de precios por debajo del 15%. De ahí el poco margen que tiene para llevar el dólar arriba de los 4,5 pesos para fin de año como están reclamando los exportadores para ganar competitividad.
Mientras tanto, el deterioro fiscal sigue abriéndose paso sin pausa.
JAVIER LOJO