Teniendo en cuenta todos los soportes físicos, o sea discos compactos (CD), casetes, singles, vinilos y DVD musicales y audio, la industria discográfica argentina vendió en el 2009 casi 13,6 millones de unidades por las que facturó al público 333,4 millones de pesos.
Estos datos, por cierto inferiores a los de años anteriores (ver cuadro), provienen de la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (Capif), que nuclea 35 compañías multinacionales (Sony/BMG, Warner y Universal) y medianas y pequeñas nacionales. Sin embargo, estiman la existencia de 200 sellos grabadores de distintos tamaños, sobre todo pymes.
El formato que más se vendió siguió siendo el de los CD, con 12,1 millones de unidades legales durante el 2009 -representaron el 89% del mercado-, un 15% menos que en el 2008. La aclaración de "legales" se atribuyó a que los soportes físicos no autorizados continuaron siendo el principal obstáculo para el crecimiento de los CD, al captar el 60% de las transacciones.
A su vez, la música digital (ver también aparte) obtuvo el 7% del mercado total de música, con sus dos segmentos:
* Celulares o "mobile", que incluyeron la descarga y el acceso a contenidos desde teléfonos celulares e
* Internet, como medio para la descarga de contenidos musicales.
La industria y otros ámbitos creativos del mundo trataron de comprometer a los proveedores de accesos o ISP (siglas en inglés de Internet Service Providers) para que mantengan políticas activas en contra de la distribución digital no autorizada realizada a través de sitios o servicios ilegítimos. Como por la piratería la aparición de nuevos talentos se volvió más difícil, la Capif señaló que resulta fundamental contar con la colaboración de los proveedores de acceso a internet para combatir la ilegalidad y los servicios no autorizados de música on-line.
Las ventas de acuerdo con los repertorios, durante el 2009 -al igual que en el 2008-, se repartieron de la siguiente manera: argentino, 44,9%; inglés y otros, 38,1%; español, 13,2%; clásico, 3,3%, y compilaciones, 0,5%.
En los últimos tiempos, ciertos sellos concretaron nuevos lanzamientos y reediciones al volver a los vinilos originales, clásicos, remasterizados y subastados al mejor oferentes en locales dedicados a coleccionistas o mediante internet.
Hubo pequeños y periódicos ajustes de precios durante el año pasado para intentar que el público no los sintiera tanto y que se justificaron con el argumento de los mayores costos de producción. Los CD exhibieron una suba del 25% en promedio. Sin embargo, las ventas no se habrían resentido demasiado en las grandes disquerías, que mantienen clientes habituales, pero no fue ésa la situación reflejada en las pequeñas o barriales.
Las operaciones ilegales provocaron pérdidas anuales al sector por 1.200 millones de pesos aproximadamente (incluidos soportes físicos y digitales). Hubo más posibilidades de conseguir CD y DVD truchos más baratos, no obstante la gran cantidad de procedimientos efectuados para secuestrarlos, por infringir sus productores y vendedores las leyes de propiedad intelectual, de marcas y penal tributaria y el Código Aduanero, además de disposiciones fiscales. Capif solicitó a las autoridades nacionales que protejan los derechos intelectuales de los productores.
En cuando al mercado digital (ver aparte), la entidad planteó ante el Ministerio de Industria y Turismo que replique los esquemas de Francia o Inglaterra, donde con la colaboración de ISP articularon la advertencia y posterior suspensión del servicio a quienes hicieran "download" (descargas) e intercambio ilegal de música.
Frente a semejantes preocupaciones, llamó la atención el reciente fallo de la sala I de la Cámara Federal porteña que consideró que las operaciones con CD bajados de internet y presentados en cajas o sobres plásticos, con portadas fotocopiadas o escaneadas, no afectaban las leyes de marcas ni de propiedad intelectual ya que quien falsifica en ningún momento intenta engañar al comprador haciendo pasar por original lo que es copia...
Tanta piratería y ofertas ilegales en internet se sumaron a los problemas financieros de ciertas cadenas comerciales, que se vieron obligadas a encarar nuevas estrategias y negocios. Por ejemplo, mayormente se orientaron a los artefactos electrónicos, los libros y en las últimas temporadas a las ofertas de DVD de filmes y programas televisivos. De cualquier manera, algunas decidieron cerrar locales, sobre todo aquellos muy amplios que dejaron de resultar rentables.
Una competencia muy significativa se planteó con las colecciones de grabaciones que acompañan diarios y revistas, vendidas por circuitos masivos y menos costosos.
Luego de celebrarse el Día Nacional del Tango, en la Casa Rosada, sede del Poder Ejecutivo Nacional (PEN), el 14 de diciembre pasado se anunció la promulgación de la ley que incorporó la extensión en la 11723 de propiedad intelectual de los plazos de protección para fonogramas e interpretaciones a 70 años contados desde su publicación. Esto se hizo con el objetivo de mejorar la tutela de la producción musical argentina y acrecentar el derecho de los intérpretes y de los sellos grabadores. Por supuesto la medida fue apoyada por la Asociación Argentina de Intérpretes (AADI) y la Capif, que coincidieron en que así podrán resguardarse de manera más equitativa los derechos de intérpretes y productores.
No pudo menos que llamar la atención que en San Luis, donde en el 2006 se sancionó una ley local con beneficios fiscales para impulsar el desarrollo sectorial, su gobernador, Alberto Rodríguez Saá, anunciara a fines de septiembre pasado que Sony había aceptado distribuir y promover las producciones de Calle Angosta Discos, el sello propiedad 100% de la provincia y cuya dirección se confió a Lito Vitale. La inversión se aproximaría a los 12 millones de pesos y se destinaría mayormente al complejo bautizado como "Casa de la Música", donde funciona el estudio de grabación y también una sala de juegos y un restaurante.
MIGUEL ÁNGEL FUKS