"Más allá de lo que hacen los gobiernos, hay una pérdida de significación en el conjunto social. En la gente más educada no se ve la educación como una herramienta de progreso. Todavía las clases desfavorecidas confían más en la educación que quienes hemos tenido acceso a ella. Y eso es preocupante, porque el mensaje que estamos dando desde toda la dirigencia es el del desprestigio de la educación.
"Los maestros ganan poco porque a la gente no le interesa mucho lo que hacen. A la escuela se la concibe más como lugar de guardería de los chicos que como un sitio de tarea humanística, de acrecentamiento de la humanidad de la personas.
"Desde hace años, decimos que la educación está en crisis y que el nivel de muchísimos alumnos que egresan de los distintos ciclos es cada vez peor.
"La reformulación de la educación pasa por determinar primero qué es lo que se pretende y por darle prioridad a la calidad educativa. La escuela debe volver a ser el centro del aprendizaje, del conocimiento, de la formación cívica, y para lograrlo es necesaria la participación de toda la comunidad".
Extracto tomado del libro "La tragedia educativa", de Guillermo Jaim Etcheverry. I Edición. Fondo de la Cultura, 1999