Ultimátum.
La presión sobre la Argentina se va a incrementar. Algunos funcionarios de los países desarrollados se comunicaron con sus respectivos embajadores en la Argentina para que le lleven un mensaje concreto al gobierno K: que se acepte la revisión del FMI. Así lo admitieron fuentes del Ministerio de Economía que consideraron que el tema fue conversado en los últimos días por el ministro Amado Boudou y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
El tema no es menor, porque los países desarrollados aseguran que "están empezando a cansarse" de la intransigencia argentina.
De allí que se emitió otro ultimátum para nuestro país. El ultimátum es que si la Argentina no accede en el transcurso de los próximos meses a aceptar la revisión del artículo IV de la Carta Orgánica del FMI, el país será expulsado del estratégico G20.
Es más, se comenta que determinados países desarrollados quieren ubicar en ese grupo, en reemplazo de la Argentina, otras naciones emergentes que van camino del desarrollo como Australia, Nueva Zelanda y Chile. Y el panorama parece muy sombrío en ese aspecto, según lo describió un funcionario. "Nosotros creemos que es muy difícil que en la Quinta de Olivos acepten esa imposición", aseguró el integrante del Palacio de Hacienda.
Presión en aumento.
La reunión del Consejo Directivo de la Unión Industrial Argentina (UIA) realizada en la semana dejó como conclusión enormes preocupaciones por el lado empresario. Entre ellas figuran la presión sindical por aumentos de salarios y, paralelamente, la espiral inflacionaria que no se detiene. La cúpula de la UIA se mostró muy pesimista con respecto a la presión de los gremios para conseguir aumentos salariales. "La presión es cada vez mayor. El conflicto laboral es cada vez más latente, con lo cual considero que en los próximos dos meses vamos a tener mucha agitación social en ese aspecto", aseguró un importante ejecutivo de la UIA.