Con una inflación superior al 20%, oferta de plazos fijos a una tasa anual del 7% y un dólar "planchado" en 3,8 pesos en el mediano plazo son pocas las opciones que tiene el ahorrista tradicional que no arriesga en bonos o acciones. El gobierno, tal vez sin darse cuenta, no da opción al ahorrista y, frente a este escenario, la familia tipo argentina de clase media opta por aumentar su consumo y adelantar las compras que no tenía previstas para este año.
Desde la oferta el mercado ayuda a estimular esta reacción. Las grandes tiendas acordaron meses atrás con distintas tarjetas de crédito financiación hasta 50 meses en cuotas sin interés y descuentos -fijos o variables- sobre electrodomésticos si se utiliza el plástico para su compra. De ahí que computadoras, plasmas, lavarropas, autos y otros artículos disponibles hoy para la clase media tengan una demanda muy activa en el mercado.
El razonamiento es lógico.
Hoy, por dar un ejemplo cualquiera, una netbook de primera marca de 2GB de memoria cotiza en el mercado a unos 2.000 pesos ofreciéndose por ella 12 pagos sin interés, y hay tarjetas que a este financiamiento le adhieren un 10% de descuento como beneficio adicional. Computando todos los descuentos y financiaciones y considerando una inflación interanual para la Argentina del 25% (promedio de lo que estiman las grandes consultoras del mercado), el consumidor termina "ahorrando" un promedio de 430 pesos por adquirir la netbook en las condiciones que ofrece el mercado.
Pero no sólo desde el sector electrodomésticos se presiona para consumir. La Asociación de Marcas y Franquicias, entidad que aglutina a las firmas de indumentaria más importantes del país, planteó un incentivo al consumo financiando los productos en 15 cuotas fijas sin interés. Todo indica que existe en el mercado la necesidad de seguir vendiendo "volumen" aun cuando se releguen utilidades. Y la inflación ayuda a sostener este escenario.