La industria de calzado en la Argentina atravesó por una situación extremadamente crítica, hasta que hace pocos años comenzaron a implementarse medidas de resguardo comercial, principalmente con China y Brasil, para incentivar la demanda interna.
La producción aumentó durante el 2009 y alcanzó el récord de 95 millones de pares, según Débora Giorgi, ministra de Industria y Turismo. Llegó a pronosticar que este año "será aún más importante, ya que se prevé superar los 100 millones, con lo cual se generarán casi 3.500 nuevos puestos de trabajo, un 10% del total actual que emplea el sector en forma directa".
"Hay empresas que necesitarán aumentar su personal en un 50%", advirtió Alberto Sellaro, presidente de la Cámara de la Industria del Calzado (CIC), pero aclaró que "el promedio será de más del 10%". De los 100 millones de pares por fabricarse, 40 millones serán de cuero y 20 millones de zapatos deportivos.
Una fuerte recuperación y un crecimiento sostenido de la demanda reactivaron la producción, la inversión y el empleo entre el 2002 y el 2008. Empresas que en los 90 importaban, resolvieron producir para los mercados interno y externos e incluso acordaron realizar marcas internacionales.
Las ventas en el país crecieron en el citado período el 155% y alcanzaron el récord de 124 millones de pares en el 2008, pero al año siguiente cayeron a 100 millones de pares, de los cuales 12 millones se importaron ya que se produjeron 88 millones. No obstante, el resultado se consideró "más que positivo", teniendo en cuenta la crisis imperante.
El sector está integrado por unas 800 firmas, en su mayoría pequeñas y medianas. Ocupa a 35.000 personas en forma directa y 65.000 de manera indirecta. La producción abarca un 50% de calzado de cuero y el otro 50% incluye los realizados con sintéticos, textiles, caucho y plástico.
Si la Argentina alcanzara este año una producción récord de 100 millones de pares, se ubicaría entre los 10 principales productores mundiales, comentó Sellaro, quien admitió que el crecimiento se debe a las licencias no automáticas aplicadas a las importaciones, que provocó que las mismas disminuyeran el 21% en el 2009 y paralelamente se incrementara la participación de la fabricación nacional. Tales licencias son aplicadas por el Ministerio de Industria y Turismo -deberían aprobarse en 60 días, pero se demorarían más- y los valores criterio por la Dirección General de Aduanas, y fueron objetados por el gobierno y los empresarios brasileños, convencidos de que en la Argentina "protegieron la producción y frenaron las importaciones".
Con respecto a la implementación de medidas antidumping, y a raíz del incremento del ingreso de calzado del sudeste asiático, la CIC trabajando desde hace varios meses en su aplicación, y gracias a la colaboración de muchos productores nacionales se ha dado curso a la apertura de una investigación que permita demostrar que las importaciones de calzado provenientes de China generan daño a la producción nacional y que ingresan deslealmente al país.
Sellaro detalló que las adquisiciones de calzado en 2009 fueron de 24,2 millones de pares, un 22% menos que en 2008, Últimamente, la CIC reconoció que "el gobierno prosigue con la investigación" y aguardaba que adoptara una decisión definitiva. A mediados del 2009, se determinó la fijación de un valor de exportación FOB mínimo, pero inferior al provisorio de 15,50 dólares el par de mediados del 2009, o sea que si ingresa a 5, por ejemplo, el importador pague el derecho hasta llegar a 15,50.
Brasil y la Argentina acordaron a principios de febrero pasado poner en marcha mecanismos de información recíproca para agilizar las investigaciones de casos de presunto dumping en ambos países (ventas a precios inferiores de los que cuestan en origen).
También investigan los envíos provenientes de China, ya que en el 2009 el 70% de las mismos se efectuó a menos de 8 dólares el par, cuando muchos de esos modelos no era posible hacerlos en el Mercosur por una cuestión de escala. Aquí, el año pasado ingresaron 6,3 millones de pares de esa procedencia, por los que se pagaron aproximadamente 75 millones de dólares, un 33% menos que en el 2008.
Brasil es considerada como otra amenaza para la industria nacional, teniendo en cuenta que en el 2007 representó el 66% de las importaciones. En el 2009 se acordó mantener en 15 millones de pares las compras argentinas, mediante un convenio firmado por las cámaras sectoriales y ambos gobiernos, que tendrá vigencia hasta el 2011. Sellaro destacó que "se cumplió satisfactoriamente el año pasado" y que "se realizan actividades conjuntas para la aplicación de medidas antidumping contra China y para exportar a terceros mercados".
Sin embargo, las autoridades brasileñas pidieron al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner que agilice las importaciones de calzado (y autopartes), trabadas por las licencias no automáticas de importación.
En cuanto a las exportaciones, fueron elevándose luego del "piso" de 600.000 pares en el 2001 hasta el máximo en el 2007 de 2 millones, lo que se atribuyó a mejoras en la calidad y el diseño, con una participación del calzado de cuero del 30%, sobre todo de alta gama (más de 50 dólares el par). Las ventas al extranjero superaron los 23 millones de dólares y se concretaron principalmente a Chile, el 29%; Uruguay, 26%; Paraguay, 11%, y Bolivia, 10%.
Aunque en la CIC vislumbraron la posibilidad de negocios con la Unión Europea, admitieron que allí no tienen en cuenta que las negociaciones tienen que ser equilibradas. En esa entidad consideraron -como en las de otras actividades- que una eventual cotización del dólar superior a 4 pesos frenaría importaciones y mejoraría la competitividad.
De cualquier manera, grandes marcas instaladas en el país -como Nike, Reebok, Adidas, Puma y Hush Puppies-, que complementan con producción local las adquisiciones en el exterior, sobre todo en China, procuran convencer a las autoridades de que tales ingresos pueden formar parte de un plan que contemple un fuerte crecimiento de la fabricación nacional. Asimismo, la CIC trabaja con diversos organismos como Fundación Export.Ar, la Cancillería, el Consejo Federal de Inversiones (CFI) y con entidades colegas, para aumentar las ventas de calzado argentino al exterior.
Existe todavía preocupación por las ventas zapatillas "truchas", con los detalles y los logos de las marcas más conocidas, a precios muy inferiores. Las "truchas" están presentes en varios países del mundo y representan, en alguna medida, el suceso de una marca. Aquí los mayores problemas son provocadas por las de origen asiático donde hay una producción muy grande de ellos.
Por otra parte, los productos "truchos" impulsan una economía negra de talleres que no respetan los salarios convencionales ni pagan a los obreros las cargas sociales.
Inversiones, principalmente Brasileñas
Preocuparon -¿preocupan?- las demoras en aprobarse las licencias no automáticas para autorizar los despachos a plaza de calzado (y otras manufacturas). El balance de Umbro más reciente señaló que "a pesar de los crecientes esfuerzos de producción nacional, la estructura de nuestra marca y categorías de productos que comercializamos requieren de una complementación de importados y estos poseen una fuerte incidencia de origen brasileña. Por este motivo no logramos abastecer a nuestros clientes en tiempo y forma y esto trajo un impacto no sólo en el capital de trabajo de la compañía sino también en el resultado del período", que arrojó un pérdida.
Durante el 2009, se conocieron decisiones de empresas, entre las cuales pueden mencionarse las siguientes:
? Nike Argentina. Controlada por la norteamericana Nike, anunció el año pasado una inversión de 2 millones de dólares por su proveedor brasileño Aniger para fabricar botines de fútbol en Villa Flandria (Luján, provincia de Buenos Aires).
Creará 100 puestos y sustituirá importaciones de 8 millones de dólares anuales. Además, destinará un millón más para ampliar en Misiones la planta de la brasileña Dass, dedicada al calzado deportivo.
? Penalty. También de Brasil, hará calzado deportivo con un socio local y generará 70 empleos. Su inversión supera el millón de pesos y sustituirá importaciones por 5 millones de dólares al año.
? Converse. Eligió la Argentina para instalar su quinta planta en el mundo, esta vez en la provincia de Buenos Aires. En una primera etapa tendrá unos 180 operarios para producir 550.000 pares anuales y reemplazar importaciones por 16 millones de dólares en idéntico lapso.
? Vulcabras. Está en la Argentina desde el 2003, cuando llegó de Brasil y destinó 60 millones de dólares para comprar la planta de Indular (ex Gatic), que desde el 2005 ocupó a 1.000 personas en Coronel Suárez y Las Flores (provincia de Buenos Aires) y contratará talleres. La perspectiva es lograr 2.000 empleos adicionales y exportar a Brasil.
En octubre pasado inauguró una línea para fabricar, en una primera etapa, cerca de 1,5 millones de pares anuales de sus ojotas Ipanema.
? Camargo Correa. El grupo brasileño adquirió el 60% del "paquete" accionario de Alpargatas en octubre del 2007, cuando desde su controlada São Paulo Alpargatas (Spasa) exportaba sus ojotas Havaianas a 80 naciones. Con 11,3 millones de dólares relanzará Topper, que integrará su plan de exportación. Alpargatas opera en el país cinco plantas de calzado, tres de textiles y una procesadora de algodón.