Varios países europeos están en crisis. Grecia ha sido testigo de intensas protestas tras la aplicación de recortes salariales de los trabajadores públicos y la amenaza de que lo mismo podría suceder en las jubilaciones y los salarios de las empresas privadas. En España, los sindicatos debieron asumir el compromiso explícito de que los incrementos salariales en los próximos dos años no superarán el 1%. La reverberación social de la crisis obligó al rey a involucrarse en la búsqueda de consensos en torno a las duras medidas de austeridad.
En la búsqueda de los factores que explican esta crisis resulta útil apelar al concepto de costo laboral unitario. Esto es el aumento de los costos laborales (salarios más contribuciones sociales) dividido el incremento de la productividad (es decir, cuánto produce en promedio cada trabajador). Si el costo laboral unitario se mantiene estable, significa que el crecimiento de los salarios y las contribuciones sociales se apoyan en mayor producción por trabajador. Por el contrario, una sostenida alza en el costo laboral unitario pone en evidencia una inconsistencia entre los aumentos de costos laborales que no son acompañados por crecimientos de similar magnitud en la eficiencia productiva.