España terminó de "blanquear" sus problemas financieros y esto generó el derrumbe generalizado de las bolsas en todo el mundo.
Hacía semanas que en esta columna se venía anunciando que los coletazos de la crisis del 2008 iban a seguir golpeando al sector financiero. Grecia, Portugal y España hicieron saltar "la banca" con sus fuertes déficits presupuestarios. La lectura del mercado fue clara: este esquema es insostenible.
¿Pero por qué no lo es para Estados Unidos? En comparación con Europa, Estados Unidos está en una posición menos comprometida en el corto plazo. Para que se entienda: España tiene un déficit fiscal del 12% del PBI. Estados Unidos -que tiene un déficit similar- puede emitir dólares sin problemas para cubrir transitoriamente estos desequilibrios. Ni España ni ningún otro país comunitario pueden emitir euros para sortear sus déficits ya que no tienen potestad para ello; sólo el BCE emite moneda en Europa.
Los países comunitarios recurren entonces al endeudamiento con títulos: Zapatero salió días atrás a colocar 600 millones de euros al 6%. Esta semana la tasa para este tipo de productos trepó otros dos puntos.
Pero el monumental déficit español (150.000 millones de euros) no es posible de financiar sólo con títulos. De ahí el desplome de la bolsa ibérica luego de esta lectura que dio el mercado. Como era de esperar, el euro alcanzó mínimos de siete meses frente al dólar, golpeado por temores sobre la salud fiscal de estos países de la zona euro, que tuvieron un efecto devastador tras las declaraciones del presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, quien aseguró que varios estados tendrían próximamente "elevados desequilibrios fiscales". Tales preocupaciones llevaron al dólar, usado históricamente como refugio seguro de inversión, a un máximo de seis meses contra una canasta de monedas de referencia. Para muchos analistas, esta tendencia en la paridad se profundizará en el mediano plazo.