Todo resultó como se esperaba.
El consorcio de empresas liderado por Electroingeniería SA (EISA) se quedará finalmente con la construcción de la hidroeléctrica Chihuido I, aunque todavía no hay fecha cierta de iniciación de la obra.
Según el informe entregado días atrás por la Unidad de Gestión de Chihuidos I y II, la firma EISA -junto a sus socias: Constructora OAS, CPC SA, Hidrocuyo SA y Rovella Carranza- será la responsable de poner en marcha la obra por un monto cercano a los 1.560 millones de dólares (equivalente a unos 5.827 millones de pesos).
La oferta estuvo por debajo de los valores entregados por el grupo Odebretch-Cartellone, pero encima de los otros dos consorcios liderados por Benito Roggio e Industrias Metalúrgicas Pescarmona SA (Impsa).
"Chihuido sale, pero los tiempos y las formas los ponemos nosotros", habría señalado un importante funcionario del Ministerio de Planificación ante uno de los referentes del gobierno provincial durante los primeros contactos que tuvo la gestión Sapag.
El funcionario nacional hablaba, en ese entonces, del 2011 para la colocación de la piedra fundacional, año electoral que ya se veía complejo para la administración Kirchner y en el que será necesario transmitir "buenas noticias" independientemente del costo que esto signifique para la sociedad argentina.
En relación con las "formas", el funcionario ministerial apuntaba al armado de los pliegos de licitación y los acuerdos que se debían respetar para dar continuidad al emprendimiento. Uno de los tantos condicionamientos que salen a la luz para sostener la costosa relación entre Sapag y el matrimonio Kirchner.
Según consta en la documentación llegada a las empresas, los directivos de la Unidad de Gestión de Chihuidos I y II priorizaron -entre otros puntos- el financiamiento obtenido por EISA como una de las variables más importantes para definir el orden de mérito que determinó la entrega de la obra.
Pero las dudas de esta licitación están dadas en el resto de los ítems sobre los cuales el consorcio encabezado por EISA corre en desventaja con sus otros dos competidores (Roggio e Impsa) que ofertaron menores costos para la construcción de este emprendimiento.
Dejando de lado el Consorcio Odebretch-Cartellone, que presentó el mayor presupuesto para Chihuido I (ver infograma adjunto), y tomando en cuenta las presentaciones de los otros tres consorcios, EISA se haría cargo de la obra con un costo de 311 millones de dólares, superior a la presentada por la firma Benito Roggio (cerca de 1.200 millones de pesos), que fue la que menor monto presentó.
Datos clave del presupuesto
* Monto de obra. Como se mencionó párrafos arriba, EISA termina cobrando por la obra unos 1.560 millones de dólares. La cifra representa 311 y 91 millones más que las ofertas presentadas por Roggio e Impsa respectivamente. Llevando las cotizaciones al valor actual propuesto para el emprendimiento, los montos presentados por EISA son 130% y 180% superiores a los de Roggio e Impsa.
* Financiamiento. De los cuatro consorcios, EISA presentó en su oferta un financiamiento por 1.032 millones de dólares, cifra que representa el 66% del total del costo de la obra. Le siguió la propuesta de Odebretch-Cartellone, con una financiación del 41% sobre el total ofertado para el emprendimiento. EISA tendría acceso a créditos del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (Bndes) y del Banco de Córdoba. Sobre este último punto hay que destacar que la provincia mediterránea está virtualmente quebrada, por lo que resulta difícil pensar que su banco pueda ser una real garantía para financiar los montos presentados por EISA en los pliegos de licitación. El consorcio liderado por Impsa presentó un financiamiento del 38% sobre el total de la obra, mientras que el encabezado por Roggio fue del 37%.
* Cargos a cobrar. Tanto el cargo fijo como el variable presentado por Benito Roggio e Impsa muestran un mejor perfil respecto de EISA. En el cargo fijo, los 24.124 dólares presupuestados por el consorcio liderado por esta última empresa representan un valor 51% superior al del grupo encabezado por Roggio y 53% arriba del ofertado públicamente por Impsa. En lo que respecta a los cargos variables, el presupuestado por la empresa EISA es un 300% y 140% superior a lo presentado por Roggio e Impsa respectivamente (ver infograma adjunto).
Algunas conclusiones
Tomado los complejos datos técnicos presentados en las propuestas y aplicando el sentido común sobre lo actuado, está claro que la Unidad de Gestión Chihuido, liderada por Elías Sapag -hermano del actual gobernador neuquino- priorizó el financiamiento por sobre el costo total de la obra; los cargos -fijos y variables- que se deben imputar en el proyecto, y el valor de la tarifa que percibirá el consumidor una vez que se ponga en marcha este emprendimiento.
Es decir, se estaría aceptando un sobrecosto de 1.200 millones de pesos (si se compara con la propuesta del consorcio liderado por Benito Roggio, que presentó el menor monto de obra) justificando el mismo por la mayor capacidad de financiamiento que consigue la empresa Electroingeniería SA. Elías Sapag niega que se acepte un sobrecosto y señala que la propuesta de EISA es la que mejor perfil mostraba frente a sus competidoras (ver recuadro).
Por lo general, en este tipo de obras, el control sobre los mayores costos -que pueden tentar a funcionarios a desvíos de dinero para otros fines- se termina perdiendo dentro de la vorágine burocrática que se arma por los extensos períodos que lleva la ejecución del emprendimiento.
Muchos son los ejemplos existentes en nuestro país en los que obras de envergadura necesitan de "un socio de la casa" para poder mantener, con fondos públicos, un negocio rentable en el tiempo. Yacyretá, Alicura, El Chocón, son sólo algunos de los ejemplos en los que el costo final de obra termina siendo, con estos mecanismos, decenas de veces superior al presupuestado.
¿Hacia dónde van los fondos sin control para sostener los mayores costos? ¿Quiénes son los responsables de los presuntos desvíos de dinero? En la Argentina no existe -en la práctica- para estos casos la responsabilidad política sobre la que puede ser sancionado un funcionario. Este tipo de "errores" no tiene hoy costo político para nuestros dirigentes. El tiempo termina diluyendo la posibilidad de un serio seguimiento del tema.
Hace sólo un par de días, en una entrevista al gobernador Sapag, el mandatario provincial asumió públicamente su "error" por el aumento que mostró la masa salarial durante los dos primeros años de gestión. Se "equivocó" en definir el destino de fondos públicos por algo más de 1.500 millones de pesos anuales. Con ese mismo dinero se podrían haber construido 75 escuelas públicas, 22 hospitales de alto nivel de complejidad o 13.000 viviendas por año.
Dejando de lado el buen gesto del gobernador, asumiendo sus "errores" en el manejo de fondos públicos, no hubo sanción alguna sobre quienes dejaron a muchos ciudadanos neuquinos sin salud, educación o viviendas por los desaciertos en el manejo de estos fondos. De ahí que sería necesario profundizar los resortes de la democracia que permiten un mayor control sobre el accionar de nuestros funcionarios y los megaproyectos que vienen, muchas veces, "atados" desde la Nación.
Denuncias que pesan sobre EISA
Para el arco político opositor, la empresa Electroingeniería SA, de Gerardo Ferreyra y Osvaldo Acosta, está ligada al matrimonio Kirchner. Para el oficialismo, es sólo una empresa amiga.
De todas maneras, los cordobeses pasaron de facturar cerca de 60 millones de dólares en el 2000 a más de 120 millones en el ejercicio del año pasado. De una veintena de empleados, a más de mil; de un galpón refaccionado como oficina, a un lujoso campo empresarial. Los jugosos contratos de obra pública le permitieron a Electroingeniería codearse con los más grandes. Así se asociaron con Siemens y se quedaron con el 50% de Transener, la transportista eléctrica más grande del país. En la sede cordobesa, tratan de ponerles paños fríos a las denuncias que ellos llaman "oportunismo político. El crecimiento de la empresa ha sido permanente desde sus inicios en 1977, basado en la reinversión constante de las utilidades en el país".
Pero desde la oposición son impiadosos. "Electroingeniería ha sido el símbolo más fuerte de la corrupción", apunta el diputado de la Coalición Cívica, Juan Carlos Morán, al comunicar su versión sobre la compañía cordobesa allegada a Julio De Vido y Carlos Zanini, denunciada e investigada por corrupción y sobreprecios en obra pública. Haciendo memoria, afirmó que "la primera investigación se la pedimos al ex fiscal Garrido, en junio del 2008. Luego, la AGN nos dio la razón sobre un sobreprecio del 48% en una obra de transporte de energía eléctrica de Choele-Choel a Puerto Madryn. Allí agregamos pruebas y las llevamos a la Justicia".
Recientemente la firma compró Radio del Plata y varios medios de Córdoba, incursionando de esta manera en los medios de comunicación.
(Noticias/Crítica/Río Negro)
ELÍAS SAPAG: "No hemos recibido ningÚn tipo de presiÓn desde la Nación"
"Nosotros no podemos impedir que Electroingeniería adquiera los pliegos y quiera participar de la construcción", sentenció el titular de la Unidad de Gestión Chihuidos I y II, Elías Sapag, al ser consultado por las denuncias que pesan sobre la firma EISA.
Sapag defendió con ahínco el trabajo que viene realizando para poner en marcha este importante emprendimiento hidroeléctrico.
Aseguró que todo es muy transparente y que no han recibido ningún tipo de presión desde la Nación. Agregó que "hoy EISA está liderando el puntaje de mérito, pero deberá mejorar su posición en algunos puntos.
-Distintas denuncias afirman que EISA es una empresa ligada a la obra pública digitada por el matrimonio Kirchner…
-Los cuatro consorcios que participaron en esta licitación representan el 80% del total de la obra pública del país. Podemos decir entonces que todas las empresas responden a los Kirchner.
-Pero existen denuncias sobre EISA que están en la Justicia…
-Con su criterio, todas las empresas que están ahí pueden llegar a estar sospechadas.
-No. El resto de las empresas no tiene denuncias penales por sobrecostos en obra pública. EISA sí lo tiene.
-Nosotros no le podemos impedir a nadie que se presente en la licitación y construcción de este importante emprendimiento. Ellos están en todo su derecho a presentarse hasta que la Justicia determine lo contrario.
- ¿Por qué EISA toma la obra con un presupuesto superior a 1.200 millones de pesos que, por ejemplo, fue el que presentó el consorcio liderado por Benito Roggio?
-El monto de la obra es mayor, pero si toma en cuenta el flujo de caja que lleva este emprendimiento, los valores de la energía y el financiamiento, los indicadores muestran que EISA es la propuesta más conveniente.
-Sin embargo, los números muestran que el monto total del costo de obra para EISA es de 5.826 millones de pesos, un valor superior a las del consorcio liderado por Roggio e Impsa.
-No es así. Se tiene que hacer un análisis mucho más profundo. Son evaluaciones que se hicieron con total transparencia y estamos abiertos para modificar lo que se considere incorrecto.
-¿Nación trabajó con ustedes?
-Neuquén lideró este proceso con gran autoridad. Esto es una oportunidad muy importante para la provincia. En esta primera etapa no hubo gastos superfluos. Contamos con el apoyo de 90 técnicos de la provincia y la UNC. Todos ellos hicieron un aporte importante porque son conscientes de lo que esta obra representa para nuestra región. Tenemos una responsabilidad, y la asumimos con orgullo.
JAVIER LOJO