Nadie le recordó el mes pasado a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner (CFK) que el 24 de febrero último había anunciado un plan para renovar camiones (además de bicicletas y utilitarios). Era su respuesta a la caída de la producción industrial, especialmente la automotriz, para aumentar la fabricación y el desenvolvimiento económico.
Si bien la industria automotriz en la Argentina alcanzó en el 2008 un récord de producción -exportó el 60%- y ventas, también fue la primera en sentir el impacto de la crisis financiera internacional a fines del cuarto trimestre de ese año. En la Asociación de Fabricantes de Automotores (Adefa) solicitaron decisiones oficiales para asegurar la sustentabilidad, con créditos que favorecieran la demanda y medidas tributarias y arancelarias que facilitaran el acceso de los usuarios locales y la competitividad. En el 2008 se vendieron 21.300 camiones pero sólo el 20% de los mismos fue realizado localmente.
La mandataria publicitó el 24 de febrero último, además, que Iveco Argentina (IA) era la única que hacía camiones livianos y pesados y que en ese momento tenía 2.500 "parados", sin colocar, por lo que era conveniente impulsar las operaciones con créditos blandos. Acordó con la automotriz, propiedad del grupo Fiat, que el Banco de la Nación Argentina (BNA) financiaría a los compradores (el plan 30/70 entregó vehículos mediante un solo pago del 30% al contado o en 12 cuotas mensuales y el 70% restante en 36, sin interés, con ajuste por el valor de la unidad), las exportaciones de bienes de capital y las inversiones de los autopartistas. A cambio de eso, IA se comprometió a incrementar en un trienio del 22 al 39,7% la participación de componentes locales en sus modelos y a mantener el mismo nivel de empleo de diciembre del 2008.
Sin embargo, el plan del 24 de febrero último no funcionó y la Confederación Argentina del Transporte Automotor de Cargas (Catac) observó que "fue un negocio para algunos concesionarios, que sacaban unidades en desuso que tenían tiradas en un galpón o en un campo".
Las carreteras pavimentadas en el país se extienden cerca de 70.000 kilómetros y supuestamente para ampliarlas y mantenerlas fueron concesionadas para su explotación por privados que tuvieron -tienen- el derecho a cobrar peaje. A su vez, las de ripio suman unos 960.000.
El transporte automotor de cargas de la Argentina representó en los últimos años el 2% del Producto Bruto Interno (PBI). Esta proporción se incrementó debido a la tercerización de las empresas productoras de bienes y las actividades complementarias, como almacenamientos, depósitos y manejo de las cargas.
No conforme con lo antes señalado, CFK resaltó el 22 de octubre pasado la "alta calidad de los camiones que se construyen en Córdoba" y que aparte "de la fabricación de nuevos modelos tenemos que trabajar para renovar la flota de camiones".
La actividad está integrada por un heterogéneo conjunto de firmas cuyas principales contrataciones fueron:
* Las directas (de los dadores de cargas).
* Las de terceros (otros transportistas y agentes de cargas).
* De empresas dedicadas al "transporte exclusivo a terceros", frecuentemente la distribución urbana de mercaderías y la larga distancia para grandes fabricantes o comercializadores.
* De firmas con "transporte propio" y que, esporádicamente, realizan tráficos para terceros.
Los vehículos utilizados en larga distancia (nacional e internacional) tienen, por lo general, gran capacidad. Con excepción de las cargas especializadas (incluyendo las peligrosas), los transportistas procuran obtener otras para los regresos, con tarifas que llegan a ser inferiores a las del trayecto principal.
En las cargas generales pueden "mezclarse" productos y en las especializadas se requieren unidades apropiadas; por ejemplo, para el ganado en pie, automóviles, cal y cemento a granel, combustibles, asfalto, gas comprimido, leche fluida y aceites, entre otros rubros. Las refrigeradas son consideradas especializadas (para evitar regresos con lastre, se desactivan los equipos de frío y aceptan cargas gene-rales).
La Administración Nacional de Seguridad Social (Anses) financió las nuevas plataformas y la integración de componentes, tanto a terminales como autopartistas.
Desde IA advirtieron acerca de la necesidad de equilibrar las disparidades existentes entre la Argentina y Brasil para las respectivas fabricaciones de los camiones y sugirieron "dar soporte a los transportistas argentinos" permitiéndoles comprar vehículos en las mismas condiciones que sus colegas vecinos.
CFK le pidió a su par brasileño Luiz Inácio Lula da Silva el 22 de octubre pasado que levantara las prohibiciones para los ingresos de camiones argentinos. Casualmente -o no tanto- lo dijo en Córdoba, en la celebración del 40º aniversario de IA y presentación del modelo "Iveco-Cursor". Allí también se refirió a una estrategia entre las empresas, las cámaras que las nuclean y el Estado "para articular esfuerzos y seguir creciendo". Tampoco omitió señalar la "alta calidad de los camiones que se construyen en Córdoba" y la conveniencia de "trabajar para renovar la flota de camiones".
Hugo Moyano, secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), reclamó en aquel momento reemplazar ¡80.000 unidades con más de 30 años de antigüedad!
La presidenta volvió a anunciar créditos para el canje de camiones, el 27 de noviembre pasado, en el 42º aniversario de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac), que agrupa a más de 40 entidades de las más variadas regiones y actividades (cargas generales, peligrosas, internacionales, refrigeradas y a granel). Este convenio suscripto por el Ministerio de Industria y Turismo, el BNA y la Fadeeac, financiaría unas 2.100 unidades fabricadas en el país o el Mercosur, con una potencia de más de 200 Hp, con las que se beneficiaría el 17% de los pequeños y medianos transportistas asociados a Fadeeac. Pueden obtenerlo quienes posean cinco unidades como máximo, recibiendo un subsidio no reintegrable de 25.000 a 35.000 pesos por la unidad usada -tendrá que ser de más de 30 años y funcionar al momento de la entrega- más un préstamo para los transportistas del norte al 10,5% anual más el 2% subsidiado y para los del resto del territorio, del 12% más idéntico 2%. El BNA asignará por unidad 195.000 pesos como máximo, a un quinquenio de plazo.
La presidenta agradeció el "esfuerzo que hizo" el sector para no echar personal y destacó que fue "el único" que no recibió subsidios del Programa de Recuperación Productiva (Repro), promovido por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, creado en el marco de la emergencia ocupacional nacional y prorrogado hasta el 31 del ac-tual.
El Repro brinda a los trabajadores de las empresas adheridas una suma fija mensual máxima no remunerativa de hasta 600 pesos durante 12 meses, pagada por la Anses, que los empleadores deben completar con el haber básico de la categoría laboral siempre que ellos acrediten la situación de crisis y encaren acciones de recuperación y se comprometan a no despedir personal.
Por otra parte, directivos de Fadeeac estuvieron con funcionarios de la Secretaría de Comercio Interior para tratar la uniformidad el precio del gasoil en el país. Una de las posibilidades que se barajaron fue incrementarlo en la ciudad de Buenos Aires y rebajarlo en el resto del territorio (en ciertos lugares sería un 25% más caro).
La cabina dormitorio en los vehículos de transporte de carga de larga distancia será obligatoria a partir del 1º de enero de 2010, según estableció la resolución 923/2008 -prorrogada- dispuesta por Jorge González, subsecretario de Transporte Automotor de la Nación.
Este 2009 concluiría con una caída del mercado interno del 50% y pérdidas de las exportaciones, tendencias que se revertirían en el 2010.
Dos nuevos emprendimientos para hacerlos
Si bien en la Argentina hay 10 terminales y 400 autopartistas (mayormente en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Tierra del Fuego) que ocupan a más de 75.000 personas y exportan a 70 países, sólo Iveco Argentina fabrica camiones.
En la reciente 7ª Exposición Nacional de Equipamiento y Tecnología de Autotransporte de Cargas (Expo Transporte) pudo verse el primero realizado por Scania en su planta Obispo Colombres de Tucumán en 1976, donde desde hace años sólo se producen cajas y otros componentes.
Otras terminales locales dejaron la construcción de camiones -¿momentáneamente?- y se concentraron en automóviles, utilitarios, furgones y chasis para ómnibus.
La china Foton, del grupo HP Global, tiene 19 plantas (14 en China y cinco en el extranjero) y proyecta incursionar en el segmento de producción de camiones en la Argentina, ya que obtuvo la autorización del gobierno de San Juan para hacerlo en el 2010.
La intención es llegar a 12.000 por año y abastecer tanto al mercado interno como a Colombia y Venezuela.
La argentina Tecnología Avanzada en Transporte (Tatsa) y la india Ashok Leyland firmaron en octubre pasado un acuerdo para transferir diseños y tecnología para fabricar ómnibus en la nación asiática y vehículos de carga de 12 toneladas aquí.
Esto último está pensado no sólo para abastecer el mercado existente en la Argentina sino a toda América Latina, con un 65% de autopartes locales.