Desde que la banca Lehman Brothers anunció su bancarrota el 15 de septiembre de 2008, se desencadenó una hecatombe en las bolsas de todo el mundo y, también, una escalada en la cotización internacional del oro. En el London Bullion Market Association (Lbma, de Gran Bretaña) alcanzó los 1.211,50 dólares la onza troy, el 2 de este mes, tras el pedido de moratoria de la deuda de 80.000 millones de dólares del holding estatal Dubai World.
El oro es un activo monetario no utilizado, pero reconocido, cuyo precio suele modificarse de acuerdo con los acontecimientos internacionales y últimamente por la evolución del debilitado dólar. Influyeron, por cierto, la crisis financiera en los Estados Unidos y las reacciones de su Reserva Federal, y ahora la aparente incapacidad del emirato para cumplir con sus compromisos.
Hasta las postrimerías del mes anterior, el alza del año fue de aproximadamente el 35% y superó las rentabilidades promedio que reflejaron en idéntico lapso indicadores bursátiles tales como el Dow Jones, el Eurostoxx50 y el S&P 500.
Por eso el oro interesó como inversión alternativa a los depósitos, pese a ser más riesgosa y volátil, y se convirtió en refugio para ahorristas, quienes redescubrieron sus "ventajas", como que el costo de pasarse al mismo era exiguo. A nivel mundial, representa sólo el 2% de las reservas de cambio.
En la actualidad funcionan varios mercados: uno físico, ubicado en Londres y Zurich; uno de "papel", vía contratos de futuros, que opera en el Commodity Exchange (Comex) y el Tokyo Commodity Exchange, y otro el "London Fix", cuya cotización establecen cinco entidades a través de la Lbma.
Algunos expertos dedujeron que la onza troy llegaría a los 1.300 dólares porque estimaron que la Reserva Federal (Fed) mantendría bajas las tasas de interés por lo que podría suceder con Irán y las expectativas de los inversores (hasta fines del mes pasado ninguno había previsto lo que significaría el "default" de Dubai World). De cualquier manera, corresponde señalar que antes, entre los bancos norteamericanos, el Goldman Sachs consideró que la cotización en el corto plazo ascendería a 1.200, el America Merrill Lynch señaló que estaría por sobre los 1.500 en 18 meses y el Citigroup aventuró que treparía a 2.000.
En el Consejo Mundial del Oro (CMO, que nuclea a las mineras más importantes del mundo) opinaron que mientras históricamente el precio dependió de las demandas de las joyerías, más cerca en el tiempo los pequeños inversores hicieron que subiera por la multiplicación de los ETF (Exchange Traded Funds), certificados que representan parte de una "canasta" de activos y siguen el comportamiento de un índice, mercado o industria. Se negocian en los mercados bursátiles de la misma manera que las acciones, con una operatoria simple, a partir de los 5.000 dólares, y sin exigir un plazo de inmovilización mínima. El activo subyacente de los ETF es oro físico custodiado en el HSBC Bank, en Estados Unidos. Es un mercado que no tiene casi regulación ni posibilidad de reclamo judicial, reconocido como el "valor refugio" que queda.