La provincia pasó de un estado de holgura a crisis fiscal en sólo seis años de gestión.
La clave de este cambio está en el crecimiento del gasto. Analizando la evolución presupuestaria de la provincia, desde que llegó al gobierno la administración Saiz las erogaciones presupuestarias se multiplicaron por cuatro.
El dato no es menor. Los gastos totales al cierre del 2003 alcanzaban algo más de 857 millones de pesos (corrientes más capital) y para este año se espera que esta cifra llegue los 3.500 millones. La suba de las erogaciones estuvo impulsada especialmente por la masa salarial . Las estadísticas oficiales detallan que en el 2003 los gastos en salarios representaban el 50% de las erogaciones corrientes. Para este año, ese indicador estará en torno del 63%. Cuando se relaciona el gasto de los salarios estatales con los ingresos corrientes, este índice en el 2003 alcanzaba el 44% mientras que para este año se ubica en el 64%. Es decir: 20 puntos arriba del año en que llegó Saiz al gobierno.
Río Negro, por primera vez en muchos años, está liderando estos indicadores en la región patagónica. Los gastos en masa salarial son los más complejos de corregir dentro del presupuesto a la hora de realizar ajustes. Son inflexibles a la baja. Por lo tanto se debe ser muy cauto a la hora de tomar la decisión de incrementar este rubro en forma desproporcionada respecto del resto de las variables presupuestarias. La administración Saiz pecó, como mínimo, de ingenuidad al pen-sar que los ingresos rionegrinos podían lle-gar a subir en una proporción tal que permitiesen compensar el impacto de la masa sa- larial, que creció por dos vías: incremento de haberes y aumento de planta de personal.