La euforia pareciera no tener fin en los mercados.
Los papeles en las principales plazas bursátiles del mundo mostraron subas por encima del 25% en lo que va del año.
Las bolsas de los "emergentes", arriba del 50% y con indicadores cerca ya de la precrisis.
¿Cuánto más puede seguir esta fiesta bursátil?
Para algunos analistas, todavía existe recorrido para seguir en la senda de las ganancias. Tal es el caso de las bolsas europeas y de los Estados Unidos, que se encuentran en promedio un 30% de sus máximos del segundo semestre del 2007 (ver infogramas de páginas 2 y 3).
Pero hay varios datos de la realidad que ponen freno a muchos analistas a la hora de evaluar la conveniencia de seguir apostando, sin selectividad, a los papeles que hoy festejan lo que pareciera ser el fin de la crisis.
Uno de estos datos preocupantes es que la euforia bursátil no se condice con la evolución que muestra la economía real. Siempre se dijo que las bolsas anticipan los ciclos económicos, pero los tiempos corren y no se observa, por lo menos en lo que al corto plazo se refiere, mejoras significativas en el desarrollo de las principales economías del globo. En definitiva, aún siguen divorciados los indicadores económicos de la performance de los mercados.
Una señal a tener en cuenta.
Otro de los puntos sobre los que apuntan los inversores conservadores es el exceso de liquidez existente en el sistema, lo que propicia también la creación de burbujas especulativas.
Los primeros indicios ya se observan en las cotizaciones de los commodities, como son los metales y energéticos.
Por ejemplo, la onza de oro perforó esta semana el techo de los 1.150 dólares, lo que significa un incremento anual cercano al 60%, cifra sin precedente para dicho indicador.
Por su parte, la onza de plata muestra un repunte anual del 109%, el precio del cobre se disparó 138% y el del aluminio hace lo propio con un 59% también en los últimos 12 meses.
La cotización del barril del petróleo tampoco corresponde a la dinámica económica del planeta; el WTI llegó a tocar esta semana los 80 dólares por barril, el mayor nivel desde el 21 de octubre pasado. El crudo mostró un incremento promedio acumulado del 135% luego de la última crisis.
Para muchos analistas estas nuevas burbujas en los commodities son los efectos colaterales de la crisis financiera mundial presente desde hace más de un año.
En este sentido, argumentan que la política de estímulos económicos en los mercados financieros, junto con las tasas de interés en prácticamente cero por ciento, generan un fenómeno inverso al que se tuvo en los primeros meses de la crisis.
Ahora las inversiones salen a buscar opciones de inversión y empujan los precios de varios indicadores como los que mencionamos párrafos arriba.
Las bolsas también se dispararon de manera considerable, mientras que muchas divisas se encuentran en niveles que no corresponden con los fundamentos de su economía.
Algunas plazas tienen signos de sobrecalentamiento con beneficios cercanos o superiores a los tres dígitos en lo que va del año.
Un caso concreto es el de Brasil, que tiene un beneficio acumulado del 125% en los últimos 12 meses, mientras que el IPC de la Bolsa Mexicana gana 84% en el mismo período y el Merval argentino trepó 128%.
Pero también está la otra versión.
El presidente de Templeton Asset Management, Mark Mobius, aseguró que por estos días está incrementando sus inversiones en todos los mercados emergentes y, en especial, en las cuatro mayores economías en vías de desarrollo: Brasil, Rusia, India y China (BRIC). Ésta también es una señal a tener en cuenta.
"Los países BRIC están verdaderamente a la cabeza de nuestras participaciones favoritas. Y ya puede verse que son los que han tenido el mejor desempeño", contó el "gurú" al que siguen las principales empresas del mundo, a la agencia Bloomberg, tras dar una conferencia de prensa esta semana en Estambul. Mobius aclaró que, si bien en un mercado en alza puede haber "caídas súbitas violentas", los inversores deberían estar "listos a comprar" (ver recuadro aparte).
Las monedas
Las divisas del mundo emergente, como las de Brasil, Rusia, Colombia y Chile, están mostrando apreciaciones constantes; todo ello es consecuencia de la expansión política monetaria de la Reserva Federal (FED).
El peso argentino, en cambio, pese a los últimos ajustes, se devaluó respecto del dólar en estos últimos doce meses en algo más del 20%, a contramano del resto de los mercados. Algo similar ocurre con el yuan que, pese a las presiones de los Estados Unidos, se mantiene muy débil.
Las consultoras internacionales aseguran que también existen serios desacoples entre las actuales paridades cambiarias y la economía real. Un reciente estudio del departamento técnico del HSBC en Londres señala que hoy el manejo de las monedas es clave en la rentabilidad de una empresa. "Años anteriores, era una variable más a tener en cuenta; en la actualidad, puede definir el éxito de una operación", sentencia el estudio.
En esta misma línea, señala que "algunas monedas deberán corregir sus tendencias en el corto plazo y esto afectará la evolución de los mercados".
Visto así, la propia FED y también el mundo están en una encrucijada, ya que deberán escoger el momento propicio para retirar los apoyos de los mercados sin causar turbulencias.
Todo indica que los más de dos billones de dólares que colocaron los países desarrollados en los mercados, a partir del último trimestre del año pasado, para revertir el escenario de crisis luego de la caída del Lehman Brothers, se mantuvieron en "juego" dentro del sistema financiero y poco se derramó hacia la economía real de cada uno de estos países.
Éste es uno de los conceptos que responden al interrogante por el divorcio existente entre los indicadores bursátiles, los commodities y la economía real.
Este mismo argumento alerta sobre la nueva burbuja.
MOBIUS continúa apostando en las bric
No son sólo las grandes ganancias que prometen los índices BRIC lo que más entusiasma al "oráculo" de la finanzas, Mark Mobius, sino las que ya fueron registrando cada uno de éstos a lo largo de este año.
Las acciones de las naciones en vías de desarrollo ya subieron a más del doble desde sus mínimos de marzo, de acuerdo con la evolución del MSCI Emerging Markets, y lograron triplicar la suba que en igual período mostró el S&P 500, de New York. Pero dentro de estas economías, las que contribuyeron con mayor peso en el indicador fueron, precisamente, las BRIC.
El fenómeno que claramente jugó en favor de las BRIC fue la fuerte recuperación económica que se percibió tras el derrumbe que provocó la quiebra de Lehman Brothers.
Sólo unos meses atrás, Mobius ya había advertido que el retroceso que se vería en los mercados accionarios emergentes sería apenas una corrección "temporal", dentro de una sostenida tendencia alcista. Y había asegurado que sus inversiones favoritas incluían el sector tecnológico de Taiwán y a los grandes bancos en Brasil y Tailandia.
Sin embargo, nadie es inocente en este juego de palabras que se desparraman sobre los mercados.
Los grandes gurúes siempre dan a conocer sus posiciones una vez definidas sus utilidades. Es decir salen a comprar, toman utilidades y luego oficializan públicamente sus compras.
No hay que olvidarse de los orígenes de la crisis rusa y el papel que tuvo George Soros en ella.
Sin pecar de soberbia, no habría que descartar la posibilidad de que una caída de los mercados desarrollados, producto de una nueva burbuja bursátil generada en este último período, también podría arrastrar a las BRIC.