Existen señales como para decir que el próximo año la economía mundial consolidará sus niveles de crecimiento en función de la reactivación que muestra la demanda y los precios futuros que registran los commodities.
Será a tasas acotadas y con turbulencias en el medio, pero la mayor parte de los analistas son optimistas.
Esto para Neuquén sin dudas en positivo.
Las posibilidades de una recuperación de estas características podrían impactar favorablemente en la actual matriz de ingresos que tiene la provincia a través de dos vías bien diferenciadas.
Una directa, por aumento de impuestos a cobrar. La otra, indirecta, por mayores inversiones orientadas a incrementar los actuales niveles de producción hidrocarburífera de la cuenca.
Pero estas proyecciones, que realizan los especialistas en el tema, se ven limitadas por los "ruidos" políticos que existen a nivel nacional (ver recuadro en pág. 3) a lo que hay que sumar la falta de definiciones sobre el rumbo de la provincia en materia económica. Las empresas de la región, la mayor parte de ellas con sus bases administrativas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), están a la espera de estas señales.
Lamentablemente hoy es muy difícil desligar la política de la economía.
Años atrás cuando el PBI crecía a tasas importantes, los efectos que generaban los acontecimientos políticos no torcían el rumbo que traía la inercia económica.
Pero hoy la situación cambió.
El actual escenario para el empresario que invierte en el país -y la región- no es el mismo que en años anteriores. Los márgenes de acción se achicaron al límite y cualquier desacierto sobre una decisión trae aparejadas millonarias pérdidas en una empresa.
Esto no lo vemos sólo en la industria hidrocarburífera.
Es una variable que ya se universalizó en la Argentina: la fruticultura y el comercio, por sumar otros dos ejemplos conocidos en nuestro ambiente, tienen hoy estás mismas limitantes para poder invertir.
¿A dónde se quiere llegar con este concepto?
Los errores de diagnóstico y gestión de la política comenzaron a afectar la viabilidad económica de ciertas empresas.
Y es por ello que las inversiones en Neuquén están paralizadas, pese a las promesas y la sesión fotográfica a las que se someten los empresarios con los gobernadores a la hora de hablar del "pacto y paz social".
En el período 2003-2007 existía margen para ello.
Los sobrecostos generados en ese entonces por la aplicación de políticas erradas en materia económica podían ser absorbidos por las utilidades de las empresas.
Hoy ya no existe esta posibilidad.
Neuquén, un caso emblemático
Días atrás, el diputado nacional Horacio Quiroga detalló en una nota de opinión que salió en este diario el escenario de crisis que atraviesan las cuentas fiscales de la provincia.
Sus apreciaciones, basadas en los números del presupuesto, fueron contundentes: el crecimiento del gasto improductivo y sin control del Estado es lo que llevó a los preocupantes desequilibrios que muestran hoy las cuentas fiscales provinciales.
Desde que asumió la gobernación, los gastos en el presupuesto se multiplicaron casi por dos. Es decir que crecieron a una tasa cercana al 50% anual contra recursos que lo hicieron al 20% por año.
Dentro del oficialismo, todas las miradas apuntan al actual ministro de Gobierno: Jorge Tobares.
Al inicio de la gestión contaba con el fuerte respaldo del gobernador para definir compromisos clave dentro de la gestión. El salario de los trabajadores estatales era uno de ellos. Y fue justamente Tobares quien dio rienda suelta a las concesiones de los gremios en esa primera parte de la nueva administración.
Otorgó aumento de sueldos en forma indiscriminada, a lo que se le sumo el incremento de la planta de trabajadores estatales, lo que terminó siendo un cóctel explosivo cuando los números terminaron por golpear de lleno en el presupuesto.
Hoy, con su poder recortado, el ministro de Gobierno intenta mantenerse en las poco firmes arenas de la política.
En los pasillos de la gobernación todos mencionan que "Jorge Sapag le bajo el pulgar a Tobares". La realidad indica, sin embargo, que se le recortó el poder pero que no existen intenciones de desprenderse de él, por lo menos en lo que al corto plazo se refiere.
Independientemente del "caso Tobares", el gobernador no ha definido grandes cambios en su gabinete luego de su tan mentada reforma política.
Llevados a números, los primeros datos muestran que, con las recientes modificaciones sobre las estructuras ministeriales, crecerá aún más el gasto, lo que complicaría aún más las cuentas presupuestarías.
Jorge Sapag aseguró, a su primera línea, que no permitirá un nuevo desfasaje de los costos y es por ello que está esperando que cada uno de los ministros termine de presentar su nuevo organigrama para determinar qué es lo que gastará cada uno de ellos en este esquema.
Pero la inercia que llevan los gastos corrientes, es la preocupación del gobierno.
Para el año próximo las erogaciones presupuestarias totales se ubicarán en un piso de 6.500 millones de pesos, 40% por encima de lo que gastará Río Negro con una estructura social y económica similar a la neuquina. ¿Cómo se sostiene este esquema?
Calma en el horizonte
Lo que se observa para el 2010 no es un escenario de caos en materia económica y fiscal para Neuquén.
Hay dos ejes bien definidos que nos señalan este camino.
El primero de ellos es el que mencionábamos párrafos arriba. Se espera que el mundo retome la senda positiva del crecimiento, lo que va a ayudar a empujar al PBI de nuestro país.
El salto que tuvieron las acciones de las empresas argentinas es otra señal de que hay buenas expectativas sobre el futuro, ya que la Bolsa de Comercio, en general, se anticipa a los ciclos económicos de un país.
El otro tema en conflicto para el gobierno de Sapag es la falta de caja para enfrentar los gastos corrientes. Hasta ahora la provincia canceló los compromisos de salarios con recursos propios, el PAF de Nación y adelantos de fondos provenientes de la renegociación de las concesiones de las áreas petroleras.
La flexibilización de la ley de Responsabilidad Fiscal permitirá obtener una bocanada de oxígeno a muchas provincias y, en este escenario, no queda afuera Neuquén.
Los actuales indicadores fiscales respecto de la deuda no son malos para la provincia. Es así que Sapag tuvo "vía libre" al pedido de endeudamiento, para ejecutar mayormente el próximo año, por cerca de 700 millones de pesos.
Con esta ayuda, el período 2010/ 2011 está bajo control para la administración provincial.
Pero no hay que dejar de señalar que este tipo de salida, tomar deuda para compensar gastos corrientes, tiene sus riesgos.
Si cambian nuevamente los vientos de cola para la economía argentina, las provincias se verán nuevamente "descalzadas" en relación a sus gastos e ingresos.
En este escenario, Neuquén es una de las provincias que están más expuestas frente a estos vaivenes de la economía, ya que su estructura de gastos es muy alta en relación a los indicadores sociales y económicos que presenta.
Un cambio en el contexto internacional, con baja de actividad económica y suba de deuda pública para sostener los gastos corrientes, es una combinación poco más que preocupante para cualquier provincia.
Pocos avances con CFK
Esta semana la vicegobernadora, Ana Pechen, salió a criticar públicamente la tortuosa relación que mantiene el gobierno nacional con Neuquén. "Somos un país federal para nuestra Constitución, pero esto no se ve en la práctica". Pechen intenta diferenciarse de ciertos sectores del oficialismo que defienden el accionar K a la hora de hablar de la redistribución de ingresos con las provincias.
• Nación postergó para el primer semestre del próximo año definiciones sobre el tema del aumento del precio del gas en boca de pozo. Una bandera de Sapag desde que llegó al poder.
• Aseguró que no aumentará los niveles de coparticipación que hoy se destinan a las provincias.
• Tampoco incrementará la proporción coparticipable de los impuestos distorsivos que Nación viene cobrando desde la crisis del 2002.
En definitiva, la agenda de Jorge Sapag con CFK sobre la redistribución de fondos para Neuquén está, por ahora, virtualmente paralizada.
Desconfianza al gobierno nacional
Las políticas oficiales antiempresas que el gobierno kirchnerista parece haber profundizado en los últimos tiempos preocupan más a los empresarios argentinos que las consecuencias de la crisis financiera internacional sobre sus negocios. Los ejecutivos, tanto de grupos nacionales como de multinacionales, describen este panorama en cuanta encuesta corporativa participan.
La semana pasada se dio a conocer una encuesta realizada en el Coloquio de IDEA, que difunde KPMG, sobre planes de recuperación económica y expectativas de los ejecutivos respecto de la recesión global. Los resultados mostraron un freno de las inversiones y fuerte reacomodamiento de los planes por la incertidumbre que genera el accionar del gobierno.
En términos generales, los ejecutivos argentinos aseguraron estar más golpeados por problemas domésticos que por la crisis. De hecho, identificaron las restricciones a las importaciones, los controles de precios, las retenciones y el escaso acceso al financiamiento como los aspectos que los obligan a reformular sus planes de negocios de corto y también de largo plazo.
Según los resultados, el 64% de los ejecutivos argentinos considera modificar sus estrategias de corto plazo y el 56% las de largo plazo. En el resto de los países consultados (Brasil, Uruguay, Chile y Perú, entre otros), esos índices se ubicaron por debajo, en especial en los replanteos de coyuntura.