Después de que la industria automotriz argentina fuera récord en el 2008, y cuando por la crisis global nadie era muy optimista, en enero pasado se pronosticó que este año se fabricarían 300.000 unidades. Al finalizar el primer semestre se habló de 350.000, como recordó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner (CFK), el 22 de octubre último, y hasta agregó que de acuerdo con lo previsto para el segundo semestre "vamos a llegar a medio millón".
No funcionó como se esperaba el plan oficial para financiar las compras de 100.000 vehículos cero kilómetro (automóviles, taxis, utilitarios y camiones), pese a publicitarse al concluir el año anterior con "los mejores precios y la financiación más ventajosa".
Llegaron a eliminarse, el 24 de febrero pasado, restricciones para las adquisiciones de unidades nuevas de alta gama. Sin embargo, las cifras concretas estuvieron por debajo, algo que se atribuyó a la demora del gobierno nacional en aprobar la ampliación de los modelos, los retrasos en las entregas, y las complicadas exigencias.
Las terminales recibieron otra ayuda oficial, por intermedio de la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses), que financió las nuevas plataformas y la integración de autopartes de Fiat Auto, General Motors, Mercedes Benz y PSA Peugeot-Citröen, por ejemplo.
Las medidas implementadas fueron destacadas, como invariablemente sucede, por Débora Giorgi, ministra de Industria y Turismo, quien señaló que el complejo automotor cuenta con 10 terminales y 400 fábricas de componentes (75 recibieron créditos "blandos" para capital de trabajo), que ocupan a más de 75.000 personas.
"A mitad del 2009 preveíamos producir 380.000 unidades, pero la realidad es que en todo el año alcanzaremos las 500.000", confirmó César Ramírez Roja, presidente de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa) y de Scania. Directivos de la entidad se reunieron, a fines de octubre, con sus colegas de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (Afac) para analizar la posibilidad de que en el 2010 se lleguen a hacer 700.000, fundamentalmente por la reactivación de la demanda de Brasil.
CFK anticipó, además, la estrategia por aplicarse con las cámaras que nuclean al autotransporte de cargas para renovar las flotas y reactivar la producción y la venta de camiones.
El anunció lo efectuó durante los festejos de los 40 años de Iveco Argentina. A todo esto, la Bolsa de Comercio de Rosario estimó que de las 500 millones de toneladas que se movilizan anualmente en el país, 375 millones van por camiones (el 75%), 25 millones por ferrocarril y 100 millones por ductos y cabotaje.
Si bien son escasos los créditos bancarios para las compras de unidades nuevas, están los otorgados por las financieras de las propias terminales, que procuraron reforzar el interés de los potenciales interesados con bonificaciones y ofertas.
La Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara) estimó que este año venderían un 60% de unidades extranjeras, mayormente producidas en Brasil, y el 40% restante nacionales (proporciones que se repartieron al revés durante el 2008).
Después de las protestas sindicales por reclamos salariales, varias terminales afrontaron suspensiones de tareas. Finalmente, ante el Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata) aseguraron estabilidades ocupacionales hasta fin de año, en función de cómo evolucionara el mercado.
Honda Motor de Argentina inauguraría su fábrica en Zárate (provincia de Buenos Aires) a fines del 2010, que le demandaría 110 millones de dólares y en la que se desempeñarían 800 personas, en principio para hacer un modelo sedán compacto (CFK colocó allí la piedra fundamental durante su campaña electoral del 2007).
Hugo Chávez, presidente de Venezuela, declaró que sería factible instalar en la bonaerense Ensenada una planta de Venirauto, una sociedad mixta entre Venezuela e Irán, que realizaría dos modelos para el segmento del mercado de bajo precio.
Zanella, fábrica de motocicletas y ciclomotores, pareció estudiar la producción de un auto económico que costaría unos 20.000 pesos.
Francisco Macri (Socma, otrora involucrado en Sevel) construiría una planta en el Chaco que costaría entre 450 millones y 500 millones de dólares. Lo haría asociado con la empresa china Chery, con la que está vinculado en el Uruguay y ensambla el utilitario deportivo Chery.
La argentina Tatsa (vinculada al grupo Crigliano) y la india Ashok Leyland acordaron transferirse diseños y tecnologías para realizar micros en la nación asiática y camiones en la Argentina, aportando ambas partes más de 24 millones de dólares.
Las exportaciones de la industria automotriz representan el 60% de toda la producción local y se destinan a 70 países. Para el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), disminuyeron el 27,1% en el primer semestre del 2009 respecto de igual período del año anterior y sumaron 2.272 millones de dólares (ver gráfico).
Brasil captó el 80,6% de las exportaciones (trascendió que en los primeros nueve meses del año se revirtió el saldo negativo en la balanza comercial con el vecino país, al conseguirse un superávit de más de 900 millones de dólares). Otros mercados significativos fueron México y la Unión Europea. Aun con semejante panorama, las terminales se quejaron por el retraso en la percepción de las liquidaciones de los reintegros.
Durante el 2007 y el 2008, la Argentina vendió a Venezuela un promedio de 21.000 vehículos, cifra que busca incrementar en este segundo semestre del 2009 y durante el 2010, teniendo en cuenta que la nación bolivariana suspendió sus compras a Colombia.
Las ventas de usados se recuperaron desde junio pasado, dijo Alberto Príncipe, presidente de la Cámara del Comercio Automotor (CCA).
El mes pasado, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) acordó implementar con el Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos el certificado de transferencia de automotores (Ceta), que en una primera etapa obligará a registrar las operaciones con usados de más de 50.000 pesos.
Cómo están las terminales
• Fiat Auto Argentina. Luego de su reapertura en Ferreyra (Córdoba), acondicionó las líneas de fabricación para seguir con el montaje del Siena y sacar el Palio Fire 1.0 Flex 2008 para Brasil y el Palio 2008 ELX 1.4 Nafta para la Argentina. Lleva adelante el programa de nacionalización de piezas para todos sus productos. También realiza el motor naftero 1.9, que exporta a Brasil para el montaje del Fiat Linea y una caja Fiat C513.
• Ford Motor Argentina. Presentó hace casi un año el auto Focus y en agosto pasado hizo otro tanto con la pick up mediana Ranger, cuya renovación incluyó el rediseño de unas 300 piezas, el 85% nacionales. Invirtió 230 millones de pesos.
• General Motors Argentina. La casa matriz salió de la bancarrota en junio último, después de reestructurarse y desprenderse de varias marcas y pasar a pertenecer en un 72,5% a los gobiernos de los Estados Unidos y de Canadá. Aquí, la filial lanzó oficialmente, el 27 de octubre pasado, el Chevrolet Agile, primer modelo de la familia Viva que ya estaba en las concesionarias desde hacía 12 días. Al acto asistió la presidenta Cristina Fernández de Kirchner (CFK), que ya había estado antes de las elecciones legislativas de junio pasado. El proyecto requirió más de 500 millones de pesos y el gobierno nacional proporcionó un préstamo para apuntalar y cumplir en tiempo con el desarrollo del nuevo modelo. El Agile está destinado fundamentalmente al Mercosur.
• Iveco Argentina. Fabrica camiones medianos y pesados en Ferreyra (Córdoba) y presentó el Iveco-Cursor, cuarta familia lanzada en los últimos dos años. Ocupa a 700 personas y obtuvo financiamiento del Banco de la Nación para sus ventas y los proyectos de sus autopartistas. Se comprometió a incrementar la participación de los componentes locales de sus modelos en el próximo trienio, pasando del 22% al 39,7% en tres años.
• Mercedes Benz Argentina. Invirtió 15 millones de dólares en su planta de González Catán (provincia de Buenos Aires), donde comenzó a ensamblar el chasis superbajo OH 1618 L-SB, concebido para cumplir con las pautas del transporte urbano de pasajeros de la ciudad de Buenos Aires y preparado para cumplir con las exigencias europeas en materia de emisión de gases y ruidos.
• PSA Peugeot-Citröen. Frenó en julio pasado el proyecto para hacer el Peugeot 308, pese a que negoció el apoyo financiero del gobierno a través de la Anses. El plan involucraba, asimismo, la producción de una nueva versión del utilitario Citröen Berlingo. Previó presentar este mes la versión de cinco puertas (bicuerpo o "hatchback") del Citröen C4.
• Renault Argentina. En junio último presentó a CFK su plan de inversiones para el bienio 2009-2010 por cerca de 500 millones de pesos. De esta suma, 325 millones serían para producir 32.000 vehículos anuales de un nuevo modelo, con un contenido de piezas, partes y conjuntos argentinos del 48%. Los restantes 175 millones serán para la modernización y la mejora de competitividad de la planta de Santa Isabel (Córdoba) y las de sus proveedores. En julio último lanzó la renovada familia Mégane II.
• Toyota Argentina. Las versiones actualizadas de la pick up Hilux y el utilitario deportivo SW4 línea 2009 son fabricadas en la planta de Zárate (provincia de Buenos Aires). De allí salió, en agosto pasado, la Hilux Cover, en las versiones 4x2 y 4x4, y una para el mercado brasileño, en las que se asignó prioridad al confort interior y el nivel de equipamiento y que, a la vez, mantienen la versatilidad. Con más de 3.100 empleados, provee vehículos a países antes abastecidos desde Japón.
• Volkswagen Argentina. Antes de fin de año presentará su nueva pick up Amarok, con una inversión de 340 millones de dólares para su desarrollo que se comercializará en el primer trimestre del 2010. Se fabricará en el país para exportar principalmente a Brasil, Alemania, Sudáfrica y Australia. Ocupa a alrededor de 5.000 obreros en sus plantas de la bonaerense General Pacheco y Córdoba.