Cuando los medianos y grandes inversores ven "nubarrones" sobre la economía mundial recurren en forma progresiva a su resguardo natural para sus ahorros: el oro.
Esta semana la onza volvió a romper la barrera de los 1.000 dólares. En los últimos doce meses trepó 32%. "Siguen las dudas sobre el futuro y es por ello que la demanda de oro se mantiene muy firme. Si la onza logra perforar con fuerza los 1.050 no se descarta que el cruce se vaya hasta los niveles de 1.100 y 1.200 dólares en los próximos meses", confió un importante operador del mercado. El otro punto a tener en cuenta es la evolución que muestra el dólar en el mercado internacional. En los últimos días la moneda norteamericana sufrió una fuerte depreciación respecto del euro y del yen, del 4% promedio. Esto muestra, por un lado, cierta desconfianza del sistema por el dólar y muchos inversores se están desprendiendo de la moneda norteamericana buscando refugio para sus ahorros. Esta mayor oferta de dólares en el mercado presiona hacia la baja la paridad respecto del resto de las monedas fuertes existentes en el mercado. Pero el gobierno de los Estados Unidos no interviene en este deterioro de su moneda. Necesita este escenario para revertir la tendencia de los actuales indicadores fiscales y comerciales.