Hace exactamente 45 días que el dólar se planchó en 3,86 pesos en la City porteña. Es más: el blue que se maneja en forma marginal en el mercado desapareció de escena. "La plaza es un cementerio. Hace tiempo que ni Moreno (por el secretario de Comercio) llama al teléfono", confió un operador desde su cueva ubicada en Corrientes y Florida.
La falta de negocios en el mercado sigue siendo la nota sobresaliente del dólar. Esa apatía por parte del público, que luego de las elecciones legislativas estaba muy interesado en dolarizarse, hizo que el valor de la divisa norteamericana que se transa en las casas de cambio y bancos privados se paralizara en 3,86 pesos para la venta.
En la semana la actividad cambiaria se mantuvo inalterable.
Para algunos operadores esta tranquilidad precede a la tormenta. "Si bien el gobierno se hizo de dólares frenando importaciones, se le achica el margen para poder seguir controlando el mercado como lo hizo hasta ahora", completó la fuente consultada. Pero la realidad muestra que la macro que sostiene el sistema cambiario está firme. No hay muchos indicios de que exista la posibilidad, por lo menos en el corto plazo, de que el dólar rebote para romper la barrera de los 4,50 pesos por unidad. Eso es lo que están pidiendo los industriales y los exportadores. También hay que computar que, a esta altura de los acontecimientos, este valor no es una locura de mencionar. Refleja una suba levemente superior al 15%, muy por debajo del porcentaje que consideran los empresarios para volver a ganar en competitividad en los mercados. Para la mayoría de los operadores, y aun para cierto sector del gobierno, el dólar en los actuales niveles está bajo. El problema es saber cuál es el nuevo valor de equilibrio de la paridad, si CFK convalidará una nueva depreciación del peso y, de hacerlo, cómo se realizará esta devaluación (tiempo y forma). Sólo teniendo estas claves uno puede decir si hoy vale la pena invertir en moneda extranjera.
Javier Lojo
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