En relevamiento de 19 empresas multinacionales (EMN) argentinas, conocido semanas atrás, demostró que en el 2008 contaban con 19.052 millones de dólares de activos externos, que equivalían al 68% de los 28.000 millones totales de las firmas argentinas.
El Grupo Techint (GT) lideraba el ranking, con 17.406 millones (91%), seguido por Arcor, con 500 millones (3%). Para estimar los activos se utilizaron los tipos de cambio entre el peso argentino y el dólar a fines de cada año, publicados por el Fondo Monetario Internacional (FMI): 3,45 (en el 2008), 3,15 (en el 2007) y 3,06 (en el 2006).
Las 19, el año pasado, ocuparon en el extranjero a 42.400 personas y sumaron ventas por 21.081 millones. Para estas últimas, se tuvieron en cuenta los promedios cambiarios publicados por el Banco Central de la República Argentina (BCRA): 3,16 (2008), 3,11 (2007) y 3,07 (2006).
Esas EMN se dedicaron mayormente a los metales básicos, alimentos y productos farmacéuticos y agropecuarios y también a la ingeniería civil, electrónica y computación, químicos, tecnología de la información, recolección y tratamiento de residuos e investigación y desarrollo.
El estudio fue preparado por ProsperAr, o sea la Agencia Nacional de Desarrollo de Inversiones (Andi), que preside Beatriz Nofal, y el Centro Vale de Inversión Internacional Sustentable de la Universidad de Columbia (VCC), de los Estados Unidos. Del perfil que trazaron, pueden reseñarse los siguientes aspectos:
- Crecimiento de los activos externos: como consecuencia del incremento del 27% en el 2007 y la caída del 2% en el 2008, atribuida principalmente a la crisis global, alcanzaron en este último año los 19.052 millones. La cantidad de empleados en el exterior subió el 22% en el 2007, tuvo una leve caída en el 2008 y quedó en los mencionados 42.400.
- Expansión de las ventas externas: del 26% en el 2007 y el 33% en el 2008, con lo que superaron los 21.081 millones.
- Motores de la internacionalización: las compañías invirtieron para ganar en eficiencia y alcanzar economías de escala y/o diversificar los riesgos para penetrar en nuevos mercados y preservar los existentes.
- Alta concentración: el 91% de los activos externos totales del GT correspondió principalmente a sus controladas Tenaris (tubos de acero) y Ternium (aceros planos y largos), más allá de las complicaciones en Venezuela. Otras dos son Tecpetrol (energía) y Techint Compañía Técnica Internacional (ingeniería y construcción). El segundo lugar fue de Arcor, una de las principales productoras mundiales de golosinas y líder en la exportación de caramelos, con fábricas en América Latina.
- Valores de los activos y las ventas en el exterior: en el 2008 fueron del 66% y el 68% del total, respectivamente, en tanto la cantidad de empleados representó el 37%. Excluyendo al GT, en cada caso fueron del 20% y el 40% y los ocupados el 22%.
- Tamaño modesto: con excepción del GT -17.406 millones en activos externos y 27.192 empleados en el extranjero-, las multinacionales argentinas quedaron rezagadas respecto de sus contrapartes en los países emergentes.
- Filiales: las 19 EMN cuentan con 315 en 42 países, de las cuales GT tiene 86 en 27 naciones, principalmente en América del Norte. A continuación aparece Havanna, con 66 (principalmente sucursales) en 8. Gran parte de las 315 están en América del Sur (64%) y América del Norte (17%), luego aparecen Europa (10%) y América Central (7%). En América del Sur, prevalecen los países limítrofes de la Argentina: Brasil (31% de las filiales de la región), Uruguay (24%), Chile (12%), Paraguay (6%) y Bolivia (5%).
- Distribución por industria: las relevadas desarrollan 14 actividades. En términos de sus activos externos, GT es el conglomerado prominente, con el 91% del total, mayormente del sector metalúrgico. En segundo y tercer lugar se encuentran las producciones de alimentos (4%) y de equipos y maquinaria (2%).
- Índice de transnacionalidad: las principales variables ubican nuevamente al GT en el primer lugar. A diferencia del ranking de activos externos, entre los primeros cinco puestos están Tecna (servicios de infraestructura), ASSA (software y servicios de tecnología de la información, TI), y el Grupo Los Grobo (agropecuaria) y Bagó (farmacéutica).
- Capital privado: ninguna de las EMN es estatal o captó participaciones de ese origen en sus capitales accionarios.
- Mercado de capitales: de las 19, hubo 7 que cotizaban en el Mercado de Valores de Buenos Aires y 2 operaban en uno de futuros argentino. Asimismo, una operaba en el Mercado de Valores de Nueva York, una en la Nasdaq (National Association of Securities Dealers Automated Quotation), una en el Mercado de Valores de México, una en el de Luxemburgo y una en el de Milán. No cotizaban en ninguna parte 11 empresas.
- Gestión local: el 82% de los directores y el 80% de los gerentes eran argentinos. En 5 empresas, en su mayoría quienes desempeñaban esos cargos eran extranjeros: brasileños (44%), italianos (19%), mexicanos (19%), uruguayos (13%) y chilenos (6%).
- Panorama general: más allá de que las empresas argentinas fueron precursoras de la Iede entre los países emergentes, en la década de 1970, algunas participaron en la primera ola de internacionalización. En los 80 dicha participación fue menor, como consecuencia de la crisis de la deuda externa y la volatilidad macroeconómica de la región en general y de la Argentina en particular. Las empresas argentinas y latinoamericanas desempeñaron un papel de menor relevancia en la subsiguiente ola que tuvo como protagonistas a otras economías emergentes, fundamentalmente las asiáticas, siendo las petroleras públicas la única excepción. La situación se modificó una vez más en los 90 por el alto grado de acceso a la liquidez de los mercados emergentes, que se sostuvo hasta la crisis asiática en 1997 y la moratoria de la deuda externa rusa en 1998. En ProsperAr destacaron que la Iede alcanzó su "pico" en 1997 (3.600 millones), por las privatizaciones locales; después cayó gradualmente y la crisis del 2001-2002 provocó una breve interrupción. Hacia el 2003, la Iede volvió a crecer y alcanzó un promedio anual de 1.300 millones durante los siguientes cuatro períodos; en el 2008 ascendieron a 1.400 millones, más que el promedio del citado período pero 10% menos que el del 2007. Sin embargo, la Argentina siguió siendo un receptor neto de inversión extranjera directa, que creció más rápido que los flujos salientes (ver gráfico), cuyos stocks treparon a 21.100 millones en el 2000 y a 26.900 millones en el 2007, con lo cual la Argentina quedó en el decimoquinto lugar entre los mercados emergentes y vigésimo quinto en términos de flujo.
Sobre la base de lo expuesto, surgieron las siguientes tres observaciones:
1.- Mientras las condiciones internacionales fueron determinantes de las tendencias de la Iede -en particular las financieras- el ciclo económico argentino también tuvo un papel significativo, tal como se reflejó en el comportamiento pro cíclico de los flujos de inversión argentina hacia el exterior. Asimismo, el tipo de cambio influyó principalmente en la década de 1990 por la sobrevaluación de la moneda local respecto del dólar.
2.- La Argentina no formuló políticas públicas específicas o instrumentos de apoyo financiero a las inversiones en el extranjero. Por lo tanto, la mayoría de las empresas apelaron a emisiones de deudas o de capitales en los mercados internacionales o reinvirtieron utilidades.
3.- No resultó aleatoria la regionalización, como un primer paso en la estrategia de las empresas multinacionales de Argentina y de otros países de América Latina. Esta tendencia es resultado de una estrategia más amplia que se basó en la integración económica en América Latina y el Mercosur.
Empresas argentinas fueron precursoras en inversión extranjera directa en el exterior (Iede) a fines del siglo XIX y principios del XX, incluyendo Alpargatas, Bunge y Born, Siam Di Tella, Quilmes y Águila-Saint.
Estas firmas fueron las que marcaron rumbos a Techint (inició sus incursiones en 1947), YPF (cuando era la petrolera estatal), Perez Companc, Arcor, Bagó e Impsa, "entre muchas otras".
De las mencionadas, Alpargatas, Quilmes, YPF y Perez Companc (su división petrolera y de productos derivados) fueron vendidas a inversores extranjeros en la década de 1990 y comienzos de la del 2000.
Por su parte Águila-Saint fue adquirida por Arcor y Siam Di Tella cerró sus operaciones. Techint, Arcor, Bagó e Impsa continúan siendo EMN argentinas y Bunge y Born fue reestructurada en los 90 y localizada en los Estados Unidos.
La Fundación Invertir editó el "Directorio de empresas argentinas con filiales en el exterior" en el 2001, con las 50 más importantes.
El análisis del destino geográfico de las inversiones permitió comprobar que América Latina encabezaba las posiciones, en ciertos casos por las condiciones de acceso preferencial conferidas por el Mercosur.
El desarrollo de las empresas nacionales en los últimos años, la creciente participación de grupos económicos extranjeros en el escenario local y un mercado interno reducido permitieron que se replanteara el crecimiento más allá de las fronteras.
La presencia en México de Techint, Bagó, Impsat y Arcor constituyó un hito de las inversiones nacionales en el Nafta (Tratado de Libre Comercio de los Estados Unidos, México y Canadá).
En Europa, Techint dio un salto cualitativo con la privatización de Dálmine en Italia.
La presencia en Asia resultó reducida, salvo por las actividades de Impsa en Malasia y de Arcor en China.3
Miguel Ángel Fuks
miguelangelfuks@yahoo.com.ar