El real brasileño registró una fuerte recuperación en las últimas semanas por un ingreso masivo de dólares a un país que genera confianza entre los inversionistas, aunque la contrapartida es una fuerte pérdida de competitividad entre los exportadores, estimaron analistas.
Gracias a la estabilidad política y a un mercado sólido en el gigante sudamericano, el sector productivo brasileño es un objetivo atractivo para el inversor extranjero que durante la crisis guardó dinero "a la espera de que pasara la volatilidad", dijo a la AFP Alex Agostini, economista en jefe de la consultora Austin Rating.
Es "una buena época para invertir" en Brasil, opinó el analista al afirmar que la caída de la divisa estadounidense frente al real "refleja la entrada de dólares (en el país) debido al momento oportuno de la bolsa". Sólo entre abril y junio, Brasil recibió un flujo positivo de divisas de 6.000 millones de dólares, buena parte para colocaciones en la bolsa de valores de São Paulo, la mayor de América Latina. Aprovechando esta coyuntura de desvalorización del billete verde, el Banco Central aumentó en forma expresiva su nivel de reservas, tras retomar desde el 8 de mayo la compra de dólares. Fluctuando en uno de sus niveles más altos de los últimos nueves meses, el real alcanzó esta semana las 1,887 unidades por dólar y acumula en lo que va del 2009 una ganancia del 22%, al cerrar el último día del 2008 en 2,313 por dólar.
Pero la apreciación del real tiene una contrapartida negativa: provocó una baja en la competitividad internacional del sector exportador brasileño. Los datos disponibles muestran que no hay razones para que la divisa estadounidense no caiga al nivel de 1,80 reales antes de fin de año.