Trabajo para el nuevo ministro. El flamante titular de Economía, Amado Boudou, comenzará en la próxima semana el arduo trabajo de reiniciar las conversaciones preliminares con funcionarios integrantes de los gobiernos del denominado Club de París. Según comentaron allegados al nuevo ministro, la orden que impartió el matrimonio Kirchner es retomar el diálogo con esos países y buscar un mecanismo que lleve a una definición al problema del default que arrastra Argentina con el grupo, el cual llega a 7.000 millones de dólares.
"Va a ser difícil, sin dudas, porque ahora las posibilidades fiscales y financieras de nuestro país se han restringido notablemente. Pero ese trabajo hay que hacerlo porque ya no se puede seguir mucho tiempo más con el autofinanciamiento", puntualizó una fuente cercana a Boudou.
La idea es negociar la posibilidad de que ese monto vaya amortizándose con un bono de largo plazo. Se especula con una emisión de cinco años en adelante.
Faltan decisiones. Más allá de los cambios en el gabinete, la cúpula de la Unión Industrial Argentina da muestras claras de que la paciencia se está terminando y que está dispuesta a presionar cada vez más para que se adopten medidas urgentes para reactivar la demanda interna y el sector productivo.
"Ya no se puede seguir con la mentira. Es importante que haya cambios de ministros, que se convoque al diálogo, pero debe haber decisiones, algo que este gobierno ya no toma desde hace mucho tiempo", dijo un integrante de la cúpula de la central fabril.
El punto central de la UIA en exigencia es la competitividad. Y allí no sólo se habla del tipo de cambio. "El tipo de cambio es uno de los instrumentos, pero el problema real es el desborde que sigue habiendo en materia de exigencias gremiales y una peligrosa intervención del Estado en la actividad privada", apuntó el dirigente, en obvia referencia a la continuidad de Moreno como secretario de Comercio.