Las crisis económicas muestran siempre espacios donde se visualizan oportunidades.
La construcción privada en Neuquén, que dejó de lado su furor a fines del 2007, hoy no encuentra piso a su caída.
Existen más de una docena de torres de edificios sin terminar que se encuentran con problemas financieros. Algunas, peor que otras.
Las ventas de departamentos se desplomaron en los últimos seis meses, hay falta de liquidez en el mercado y los inversores están a la espera de "señales" del gobierno para decidir hacia dónde destinar sus ahorros.
Los inversionistas que están a medio camino con sus edificaciones y comienzan a enfrentar problemas financieros hoy se encuentran ante un dilema para poder seguir en carrera. Deben optar entre:
- bajar los precios de los departamentos que todavía están sin vender para tentar a inversores a que ingresen al negocio y así recobrar liquidez para terminar la obra,
- buscar fondos en un banco a tasas superiores al 25% anual, algo que puede complicar las futuras finanzas del emprendimiento;
- vender parte del emprendimiento en bloque a un socio inversionista que esté dispuesto a correr el riesgo del negocio o
- esperar a que el escenario económico cambie especulando con que el mercado puede volver con un segundo "rebote" que impulse la finalización del emprendimiento.
El tema es complicado. En Neuquén ya se ven ofertas de edificios que se realizaron "a pozo" con valores de departamentos a la baja. Sin embargo, muchos de los "cazadores de ofertas" aseguran que todavía hay que esperar un poco más para salir a invertir. (R. C.)