Los créditos hipotecarios movilizaron a mucha gente que busca su tan ansiada primera vivienda.
Sin lugar a dudas, el principal estímulo de esta nueva línea crediticia es la tasa fija a 20 años y en pesos.
Los préstamos destinados a la construcción son los que más ventajas presentan; una tasa cercana al 14% anual es difícil de conseguir hoy en el mercado, con un aliciente adicional: otorgan el 100% de los fondos para el proyecto en cuestión.
Hasta ahí, todo perfecto.
Pero aquellos que quieren acceder a su primer techo -que por lo general en el mercado argentino muestran un perfil de persona que va de los 22 a los 35 años con un salario promedio de mercado- se encuentran con una limitante: el terreno sobre el cual construir y dejar como garantía ante el banco. En las principales ciudades de Río Negro y Neuquén, un lote relativamente bien ubicado cotiza a más de 100.000 pesos, un valor que distorsiona la operatoria de quien quiere acceder a un crédito hipotecario si carece de un lote propio para comenzar. Hoy el valor de la tierra está sobrevaluado en muchas ciudades y es la principal limitación que muestra esta línea de crédito cuando se habla de construcción y se trata de una persona que carece de un terreno.
Frente a estos precios en los terrenos aparecen nuevas oportunidades que puede resultar interesante consultar. Una de ellas es conseguir un grupo no menor de 10 personas que estén en condiciones de obtener un crédito para construir y comprar una hectárea de tierra relativamente alejada de los grandes centros urbanos. Una hectárea "limpia" se puede encontrar en un piso promedio de 18.000 dólares (no en Neuquén). Hay que computar que de ella se pueden sacar unos 20 lotes, por lo que por cada uno se termina pagando un valor muy inferior a lo que pide el mercado. Para llegar a este objetivo hay estructuras legales como las cooperativas, que permiten organizar a los vecinos para poner en marcha este tipo de alternativas.
Javier Lojo
jlojo@rionegro.com.ar