Los números no cierran para el gobierno nacional. El superávit fiscal se está esfumando y esto generará complicaciones en el corto y en el mediano plazo. ¿En qué puede afectar este escenario a los ahorristas? Sencillo: en que haya una mayor intervención del gobierno en el sistema financiero. Los mensajes del matrimonio K de los últimos días generaron mucha incertidumbre entre los operadores del mercado. “Si no ganamos en las próximas legislativas, se viene otro corralito”, vociferó el titular del PJ hace sólo unos días. A principios de mes, y en esta misma línea, la presidenta aseguraba que “los bancos se sientan en sus fondos por temor a caer, por lo tanto el Estado deberá volver a dotar a la economía de liquidez”. La cifra sobre la que hoy está sentado el sistema financiero no es nada despreciable: algo más de 80.000 millones de pesos, casi otra nueva transferencia de fondos de las ex AFJP. Sólo un 25% de estos fondos recircula en el sistema como préstamos y el 70% de ese 25% corresponde a operaciones menores a 30 días. Conclusión: hay incertidumbre y ningún banco quiere prestar más de la cuenta si no es algo de suma urgencia.Desde la otra vereda, y con el pretexto de liberar esos fondos para el consumo, el gobierno puede intentar tomar parte de los depósitos para poder equilibrar los desvíos presupuestarios que se presentarán en el período 2009-2011. En la city porteña existe temor de que frente a una derrota en las próximas elecciones los K pierdan margen de acción para seguir tomando recursos en forma arbitraria y por ende presionen a los bancos a suscribir un “bono patriótico” con vistas al bicentenario para que el gobierno pueda sortear los vencimientos de títulos que están por caer en los próximos meses.Los ahorristas que tienen plazos fijos (dólares o en pesos) deberán estar muy atentos a cualquier medida que se tome al respecto ya que pueden ser “nominados” para la compra compulsiva de este nuevo “bono patriótico”. Antecedentes de este tipo de actitudes del gobierno sobran en el país.