La semana cambiaria fue complicada. Los datos del cierre del primer trimestre marcaron algo que veníamos señalando en esta columna: la demanda de dólares se mantiene con firmeza.
Los datos oficiales dan cuenta de que en el primer trimestre del año la fuga de capitales alcanzó los 6.000 millones de dólares. La falta de confianza es muy grande y la huida de fondos se multiplicó por dos respecto del primer trimestre del año pasado.
La otra señal que mostró el mercado tuvo que ver con el incremento de la paridad cambiaria. La semana cerró en 3,73 pesos en los bancos pero en la city porteña el billete verde volvió a escasear y sólo se consiguió a 3,75/ 3,76 pesos, según la cantidad demandada. En la región las casas de cambio ofrecían el dólar hasta a 3,85 pesos.
El ahorrista debe tener claros dos escenarios totalmente distintos para el dólar en el futuro inmediato.
A medida que nos acerquemos al 28 de junio, fecha de las elecciones legislativas, los operadores del mercado aseguran que la presión sobre el dólar crecerá en paralelo a la estrategia del gobierno "nosotros o el caos". Algunos economistas aseguran que la divisa podría alcanzar los 3,90 pesos días antes de los comicios.
El otro escenario es el poselectoral. Se espera que exista presión por parte del gobierno para frenar la compra de dólares. Ahora bien, si el gobierno insiste en el eslogan "nosotros o el caos" y pierde las legislativas, el ciudadano común y corriente interpretará que se viene el caos. Y en ese escenario la masiva compra de dólares se hará insostenible para el Banco Central. La lucha entre la demanda y la oferta del billete norteamericano dejará heridos en el camino.
No se descarta que la administración K, ante un desmadre de la situación cambiaria después del 28 de junio, retorne a la tradicional receta de desdoblar el tipo de cambio en uno financiero y otro comercial.