Dentro de América Latina, Brasil encabeza con Chile el pelotón de aquellos para los que menos ha subido el riesgo país en los últimos doce meses: menos de 200 puntos básicos para los seguros contra default a 5 años, que compara con un incremento de más de 200 puntos básicos para países como México y Perú y se hace insignificante contra los 2.800 puntos básicos en que subió el riesgo país argentino.
Al gozar de crédito, Brasil ha podido comenzar a usar instrumentos anticíclicos, pese a que no tiene el margen fiscal de Chile, por caso, y esto rápidamente recuperó las expectativas, que se habían deteriorado significativamente hacia fines del 2008. No podrá evitar un flaco 2009 en materia de crecimiento, pero puede hacer una diferenciación positiva a partir del segundo semestre de este año.
Pero el vecino país no es la panacea. Los indicadores sociales sólo mejoran gradualmente, la presión tributaria es muy elevada y la infraestructura está colapsada. Pero el proceso que inició a principios de los ´90, de búsqueda de estabilidad, de mayor apertura al mundo, de hacer más eficiente el Estado y menos trabado el mercado, se mantuvo en el tiempo ajustando políticas en el margen pero sin salir del sendero para forjar instituciones económicas cada vez más sólidas.
La crisis internacional tomó a Brasil con un tipo de cambio sobrevaluado, una tasa de interés en reales elevada y una inflación en el límite superior de las metas del Banco Central. Pero en los años previos había estado haciendo "las tareas": desdolarizando la deuda pública, fortaleciendo la credibilidad del Banco Central, focalizando mejor el gasto público en el plano social y el de la infraestructura, mejorando el funcionamiento de los mercados y haciendo más previsible el comportamiento fiscal. Así, frente el súbito freno de la entrada de capitales, el tipo de cambio subió en poco tiempo de 1,60 a 2,40 reales por dólar pero, a diferencia del pasado reciente, esto no deterioró los indicadores de deuda pública ni despertó presiones inflacionarias. Vale decir, las tareas previas evitaron que se repitiera el círculo vicioso de tantas crisis del pasado, que se iniciaba con devaluación, seguía con suba de tasas de interés y terminaba en caída del nivel de actividad. (Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea)