Preocupa el frente fiscal. El balance de las cuentas públicas de marzo le jugó una mala pasada al gobierno ya que se registró un déficit en el resultado financiero, el que se computa tras el pago de vencimientos de deuda del Estado, del orden de 732,8 millones de pesos.
Este resultado negativo de las cuentas de Tesorería prendió una señal de alerta con respecto a la situación fiscal en general, en la cual se observa un horizonte complicado por una recaudación tributaria que ya no tiene la performance de años anteriores, por un aumento considerable en el gasto público y por el panorama de los números en las provincias.
Esta realidad ha llevado a que crezcan los temores de los inversionistas sobre posibles dificultades que pueda tener el gobierno para el pago de compromisos de deuda en el mediano plazo.
Son varios los analistas que coinciden en que la situación fiscal, tanto a nivel nacional como provincial, será insostenible en poco tiempo.
Volvió el G7. "Este gobierno logra que se junten hasta los que hace poco tiempo no podían ni hablar entre ellos", aseguró un importante empresario de las entidades financieras.
Y esto es así porque después de casi dos años los empresarios locales del Grupo de los 7 volvieron a reunirse durante un almuerzo donde debatieron temas como la inseguridad jurídica, el problema de las estadísticas oficiales, las amenazas oficiales a los hombres de negocios, las trabas en el comercio de bienes y la aguda caída en el nivel de actividad.
El convite tuvo lugar en la sede de la Asociación de Bancos Privados de Capital Argentino (Adeba) donde el presidente de esa entidad, Jorge Brito, recibió a los representantes de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Adelmo Gabbi; del CRA, Néstor Roulet; de la Cámara Argentina de Comercio; Eduardo Eurnekian; de la Cámara Argentina de la Construcción, Carlos Wagner; de la SRA, Hugo Biolcati, y de la UIA, Héctor Méndez.