El acuerdo alcanzado en el Grupo de los 20 (G-20) estableció en Londres (Inglaterra), el 2 de abril, las bases para superar la peor crisis desde la década del ´30 del siglo pasado.
Las grandes fallas en el sector financiero, así como también en la regulación y la supervisión del mismo, fueron las causas fundamentales de dicha crisis.
No fue difícil llegar a la conclusión de que "la confianza no se recuperará hasta que no reconstruyamos la confianza en nuestro sistema financiero".
Para ello se asumió el compromiso de adoptar "medidas para crear un marco supervisor y regulador más fuerte y globalmente más coherente para el futuro".
Cada una de las naciones que rubricaron el acuerdo garantizarán que establecerán "unos sistemas reguladores fuertes". Pero también coincidieron en que es preciso "establecer una mayor coherencia y una cooperación sistemática entre países, y en el marco de criterios elevados acordados internacionalmente". Para ello se subrayó que deberán ampliarse "la supervisión y el registro regulador a las agencias de calificación de crédito para garantizar" el cumplimiento del "buenas prácticas".