Las actuales circunstancias son distintas del momento en que la moneda norteamericana pasó a ser "la" divisa de referencia, a mediados de la década del ´40, cuando los Estados Unidos irrumpieron como nueva potencia dominante a la salida de la Segunda Guerra Mundial.
Aquélla fue una encrucijada en la que algunos de los vencedores de la guerra quedaron con sus economías devastadas, caso de Inglaterra y Francia, mientras que las potencias perdedoras no podían aspirar a ningún tipo de política internacional expansiva por décadas, caso de Alemania y Japón.
En cambio hoy el mundo ha pasado a ser multipolar. Ésta es una novedad trascendente, si se toma como referencia lo que ocurría sólo 15 años atrás. Pero el esquema multipolar necesitará bastante tiempo para desenvolverse y llevar al mundo en alguna dirección precisa (multipolar coordinado o nueva hegemonía de otra potencia). Mientras tanto, el dólar parece conservar una fortaleza que excede a la del propio país que lo emite.
escenario multipolar
La crisis de los Estados Unidos es muy severa, pero no parece una crisis terminal. La zona del euro, que hasta hace poco tiempo atrás había venido disfrutando de las ventajas de la moneda común, ahora experimenta los costos, dadas las dificultades para coordinar entre países con intereses divergentes.
Respecto de Asia, el gran candidato es China. Después de todo, extrapolando las cifras de crecimiento de los últimos años, este país -que ya es el tercero por tamaño del PIB- puede superar a Japón en el transcurso de la próxima década y alcanzar a los Estados Unidos hacia el 2020.
Pero China, que es consciente de sus fortalezas, también parece serlo de sus debilidades.
En industrias "viejas" como la automotriz, no ha alcanzado todavía parámetros de calidad comparables a los líderes, mientras que en industrias nuevas, como biotecnología y tecnología de la información, su expansión se apoya más en la asimilación que en la creación de productos y procesos.
El "paso a paso" también se advierte en el terreno financiero. No hay una actitud dominante, aunque es notoria la decisión de ir ocupando espacios de un modo muy activo y bastante acelerado. Capitalizando organismos multilaterales de crédito o formalizando swaps con bancos centrales de países socios en el plano comercial, la ocupación de espacios parece ser guiada por la búsqueda de terreno firme, sin mayores aventuras.
Mientras la Reserva Federal ofreció swaps de dólares por moneda local a bancos centrales de países regionales líderes (Brasil, Corea, etc.), el Banco Central de China avanzó en swaps de yuans por moneda local con países con los que comercialmente tiene vínculos crecientes, caso de la Argentina.
Hay que tener en cuenta, además, que por las restricciones al movimiento de capitales hacia y desde China, el yuan está lejos de ser una moneda internacional con la cual puedan realizarse en forma fluida transacciones comerciales y financieras entre terceros países.
Si China quiere ir en esa dirección, le será muy difícil evitar una apertura de su cuenta capital en el balance de pagos, con lo que su banco central perderá grados de libertad, una situación que hay que ver cuándo y cómo llega a ser asumida.
Hay un interrogante adicional y es el factor institucional.
¿Podrá ser una moneda internacional dominante la emitida por un país con un régimen de partido único, como es actualmente China? Probablemente en la respuesta correcta a esta pregunta estará contenido uno de los principales enigmas de las próximas décadas.
Precaución en la reserva federal
Los mercados en Wall Street gozan, al menos por lo registrado en estos últimos días, de buena salud, con significativas alzas en sus principales indicadores.
No obstante, las declaraciones de Gary Stern, presidente de la Reserva Federal de Minneapolis, podrían bajar el tono al optimismo reinante en Nueva York. "La recesión de Estados Unidos mantendría su fuerza por algún tiempo, especialmente si continúan las tensiones en los mercados de crédito", dijo el importante funcionario de la Fed.
Para Stern, "la recesión persistiría y la etapa inicial de la recuperación parecería moderada", afirmó en declaraciones periodísticas.
Pese a las agresivas medidas tomadas por la Fed y otros organismos estatales, el funcionario señaló que "la reasignación de recursos que debería ocurrir en una recesión y que es fundamental para una recuperación económica está inhibida cuando los mercados financieros no funcionan o lo hacen de manera deficiente. A menos que las condiciones mejoren, tales fallas del mercado amenazan con prolongar la recesión".