La administración Sapag no se termina de entender. Días atrás aseguraba -por enésima vez a través de sus programas oficiales- que no había posibilidad de incrementar los salarios públicos por la crisis económica que se avecinaba. Con criterio, señalaba que los fondos sojeros debían ser destinados a obra pública ya que no podían ser considerados como recursos permanentes. Hasta ahí todo bien. Esta semana, pareciera que otro fue el Sapag que apareció en escena. No sólo propuso un nuevo aumento para los estatales sino que también aseguró que se podrán redireccionar a gastos corrientes los ingresos que lleguen de las retenciones de la soja.
Insólito. Las contradicciones que existen en el gobierno son preocupantes y pueden acelerar la crisis.