Luego de dos años de esfuerzos y coordinación entre entidades públicas y privadas, la Argentina procuró insertar internacionalmente una "marca país" propia en julio del 2006. La misma iba a utilizar factores diferenciales -productos, actividades, personajes y lugares- para posicionarse en el mundo, aumentar el turismo, agregar valor a las exportaciones, captar más inversiones y difundir la calidad de la cultura y los deportes.
Si hay que atenerse al plan estratégico, se está cumpliendo la etapa de crecimiento y consolidación, prevista para el período comprendido entre agosto del 2008 y diciembre de este año. La próxima sería la quinta, considerada como la del relanzamiento, a partir de enero próximo, cuando el gobierno nacional supuso que los festejos del bicentenario de la Revolución de Mayo encontrarán a la Argentina con "una imagen sólida, diferenciada y competitiva en el concierto de las naciones".
La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos (SAGPyA) comenzó a trabajar, en mayo del 2005, el sello de calidad "Alimentos Argentinos, una elección natural", que se otorga por adhesión voluntaria y como una manera de capitalizar la buena reputación que tienen productos locales en el exterior. El sello acompaña la marca comercial y facilita la identificación de su origen.
La mayoría de quienes lo solicitaron se orienta a los mercados extranjeros y considera que puede contribuir a captar nuevos clientes.
La "marca colectiva" es la ley 26355 desde el 28 de febrero de 2008 y fue definida como "todo signo que distingue los productos y/o servicios elaborados o prestados por las formas asociativas destinadas al desarrollo de la economía social".
Al reglamentarla el 27 de agosto pasado, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner destacó que se trata de una herramienta de ayuda para los microemprendedores, cuyo objetivo es conseguir que los actores de la economía social "con igualdad de derechos puedan lograr una mejor y mayor inserción en la economía formal a través de programas de calidad y valor agregado".
