Los pagos con tarjeta pueden ser beneficiosos o destructivos para la economía doméstica. Un uso inadecuado o excesivo de la tarjeta de crédito, además de la falta de información desde la entidad bancaria, puede ser un obstáculo para la economía doméstica. Por ello es necesario seguir una serie de consejos para su empleo.
- Si no contrató la tarjeta, hay que comparar precios, servicios y ofertas, ya que no todas proponen lo mismo ni tienen las mismas garantías para el consumidor.
- Hay que optar siempre por una tarjeta que se ajuste a la capacidad de pago del consumidor. Además, es importantísimo tener un número muy limitado de tarjetas de crédito, pues los gastos mensuales de las mismas se podrían multiplicar.
- Por otro lado, hay que informarse de las comisiones de la tarjeta, los intereses, el costo anual total por ella y el respaldo y las garantías que ofrece la entidad en caso de robo o extravío, beneficios, etcétera.
- Antes de firmar el contrato hay que leerlo todo, hasta la letra pequeña. Además, la entrega del contrato debe de ir acompañada por un folleto informativo acerca de sus prestaciones, los números de información, cancelación, 24 horas, etcétera.
- Nunca se debe usar más allá de las posibilidades de uno pues en el retraso de cada pago del resumen se irá acumulando deuda, que además aumentará por los intereses que establece el banco por lo impago.
- En este sentido, hay que hacer lo imposible por no entrar en mora o pagar el "mínimo" que exige la tarjeta ya que los intereses sobre el remanente son muy elevados y con el tiempo la deuda termina siendo imposible de pagar.
- En un país con inflación lo conveniente es gastar con la tarjeta -siempre que se tenga respaldo económico sobre estos gastos- ya que siempre se adquiere un bien que se termina pagando 30 días después.
- Por último, hay que controlar y revisar periódicamente el estado de la cuenta, guardar los comprobantes y avisar en caso de cualquier problema o error en un plazo máximo de 90 días.