Uno de los pilares sobre los cuales la administración kirchnerista tiene cifradas expectativas de fortaleza y crecimiento, el consumo, ha comenzado a resentirse lentamente. Al menos eso es lo que marcan los indicadores de finales del año pasado, cuando los consumidores comenzaron a dar fuertes muestras de aversión a la decisión de endeudarse en el largo plazo.
La intención de crédito para el consumo de bienes durables registró en el cuarto trimestre del 2008 una dramática caída del 39%, revela un informe de la central de riesgo Veraz. "El cuarto trimestre marcó un retroceso del 25% respecto del período anterior y del 39% en comparación con el mismo período del 2007", señala el estudio.
El informe agrega que "luego de una caída del 15% en la primera mitad del año y del 13% en el tercer trimestre, el IVCC mostró, en el acumulado del 2008, un retroceso del 12% en la actividad respecto del 2007".
Los números reflejan el estado de ánimo del público ante la eventualidad de tener que endeudarse para adquirir algún bien durable. Según Veraz, el índice que elabora la firma "acumula ahora tres trimestres consecutivos de caídas interanuales".
"Luego del movimiento abrupto de finales del 2008, es de esperar que el crédito al consumo registre una estabilización conforme avance el presente año, en tanto prevalezca la normalización de las condiciones financieras", indica el estudio.
Las condiciones de caída de la intención de endeudarse por parte del público comenzaron antes de que surgiera la crisis financiera global. La ley que terminó con el sistema de AFJP contribuyó a profundizar la tendencia, debido a que las administradoras eran los principales agentes financieros de los fideicomisos de consumo.
El gobierno intenta contrarrestar este efecto con el lanzamiento de programas para la renovación de autos, taxis, maquinarias, heladeras, lavarropas y calefones y hasta para turismo, en el afán de mantener alto el nivel de consumo que sirvió para motorizar la economía en los últimos años.