l gobierno anunció esta semana las bondades de la nueva ley para el blanqueo de capitales.
La repatriación es una medida que busca atraer fondos frescos para compensar la falta de dólares en el mercado -ante la caída del superávit comercial- y, de paso, recaudar más para las arcas fiscales.
Sin embargo, la flamante ley va contra las tendencias que se observan en el mercado. Es que mientas el gobierno intenta estimular la llegada de los capitales que están en el exterior -hoy afuera por una cuestión de confianza y seguridad jurídica- en el país la gente que todavía tiene ahorros huye del sistema en busca de plazas más seguras para sus fondos.
Las estadísticas oficiales -sí, leyó bien, oficiales- dieron a conocer esta semana que durante el tercer trimestre del año la fuga de capitales en la Argentina alcanzó los 5.000 millones de dólares. Esta cifra es similar a la del segundo semestre del 2002, cuando la crisis económica golpeaba de lleno la economía argentina.
Las fuentes oficiales aseguran asimismo que en los primeros tres trimestres del año la fuga de capitales totalizó 12.000 millones de dólares. Los operadores del mercado estiman que a las cifras oficiales hay que sumarle la fuga "informal", que representa por lo general el 30% de las estadísticas del gobierno. Es decir, en lo que va del año estaríamos con una fuga de divisas en torno de los 15.000 millones de dólares con una proyección para todo el 2008 de unos 20.000 millones. Con estas cifras en mano, el gobierno da a conocer la ley de repatriación de capitales.
Si hoy el inversor común y corriente se está retirando de la Argentina, ¿a quién está destinada la nueva ley? Es difícil dar una respuesta racional a este interrogante.
Lo concreto lo dan las estadísticas oficiales. Y la falta de dólares en el mercado seguirá impulsando la tasa de interés local. De ahí que por los plazos fijos sigan pagándose tasas superiores al 15% anual.
Javier Lojo
jlojo@rionegro.com.ar