En su disertación, Vansconcelos mencionó la crisis que se viene y la duración que puede llegar a presentar en función de los antecedentes existentes en el mercado. En este sentido dejó muy claro que, cuanto más tarde la recuperación, mayores serán los efectos sobre la economía argentina. Las crisis ocurridas en el ´90 mantuvieron recesiones promedios de unas 34 semanas. Las del ´73 y el ´82 generaron una recesión que duró 69 semanas.
Un Blejer optimista
La sola aparición de Mario Blejer en una mesa de debate económico merece desmedidos halagos de sus acompañantes. No parece poco para quien presidió el Banco Central nacional, fue consejero de varios organismos vinculados con el exterior y también eminente catedrático en Jerusalén, Nueva York, Genova, Budapest y -obviamente argentino- Buenos Aires.
Pero, además, este economista y monetarista clásico es cordobés y no podía faltarle el sentido del humor. Se rió en Bariloche de sus propias predicciones: "El Talmud dice que las predicciones pasaron de los niños a los tontos y yo, que difícilmente pase por niño, no quiero pasar por tonto...", expresó para inmediatamente dejar precauciones de lado y sentarse en el oráculo de la crisis más grave que conoció el mundo desde 1930.
Blejer es optimista y cree que la crisis pasará con menos daño que el imaginado y distintos matices según la región económica en cuestión. Simplifica en una "sopa de letras" ya popular entre monetaristas donde una línea de puntos que es el equilibrio atravesado por una letra indica el rigor y la dirección del proceso.
Así, cree que para los países emergentes habrá una vertiginosa caída pero una inmediata recuperación (para el tercer trimestre del 2009): es una "V". Para la Eurozona espera una "U", con una recesión en el fondo un poco más extendida. Hay letras sin clara asignación aún, como la "L", que implica una recesión muy prolongada (la patita inferior) y la "W", con caída y recuperación por partida doble, acaso para Estados Unidos.
Blejer invita a separar los tantos y observar en la crisis tres aspectos: los mercados financieros puros, el impacto en la economía real y las consecuencias en los países emergentes. Ante todo destaca que hay incertidumbre: nadie sabe qué va a pasar.
En las finanzas ve una cierta normalización. "La luz al final del túnel, que esperamos que no sea un tren que viene por ese túnel", predice el aparente principio del fin. En la economía ve que la crisis está en pleno desarrollo, en el principio. Y reserva lo mejor de su panorama para los países emergentes, que "lograron sobrevivir y liderar la recuperación, por lo menos hasta el 15 de setiembre, cuando la quiebra de Lehman Brothers aceleró el proceso".
Lehman, párrafo aparte
Blejer destaca la incertidumbre como motor de la crisis. Dice que, por el contrario, en el mundo financiero el riesgo "siempre existió y es normal". La incertidumbre, como la crisis, comenzó en Estados Unidos: "Es un país en donde quiebran cien bancos por año y no pasa nada. Pero siempre cuidó las grandes entidades, las interrelacionadas. Sin embargo un día dejaron caer a Lehman y todo cambió. Los norteamericanos no sabían qué iba a hacer el gobierno al día siguiente, porque el gobierno no sabe qué sucederá mañana. Eso que acá es absolutamente normal, para ellos es de una incertidumbre abismal", expresa.
Así nace, dice Blejer, el pánico. Nace el escepticismo en el gobierno, surge en Estados Unidos nada menos una política "errática y discrecional". Nace el factor "aversión al riesgo", que domina las finanzas desde entonces.
Eso significa una excesiva protección y el congelamiento del crédito, aun del interbancario, que para Blejer es la "sangre" del sistema. Eso da lugar a medidas inéditas de rescate que en algunos casos, como el inglés, implican un intervencionismo estatal en lo privado ajeno a los principios liberales. Surgen garantías a créditos privados, la compra de activos "tóxicos". Invirtieron "trillones" -doce ceros- de dólares para generar liquidez... que tampoco aportó a la recuperación del sistema sino que fue absorbida por los bancos en lugar de convertirse en crédito. "Así y todo el crédito interbancario comenzó a fluir", señala al hablar de la recuperación que ve en el sistema financiero mundial.
Pero la aversión al riesgo continúa, al igual que la ausencia de crédito. En una insólita paradoja, el mundo apuesta a los bonos del Tesoro estadounidense -"aun con tasas negativas"- y a los activos en dólares. Así, el Tesoro estadounidense tiene dinero y aparece el principio del fin.
Lo que hay que ver
Argentina y los países emergentes continuarán sufriendo una caída en los precios de los commodities y en el volumen de demanda; con matices, porque los metales la pasan mejor que los granos y la soja se mantiene. "Y la demanda de alimentos seguirá sostenida", alienta.
Pero en ese contexto los emergentes mantienen un comercio entre ellos que es creciente, contra la caída de exportaciones de emergentes a países centrales.
Para Blejer lo que sucede es injusto, porque los emergentes dieron las mejores ganancias años atrás y ahora deben asimilar un problema que no es de ellos. "El mundo financiero es muy cruel", resume. En cuanto a la Argentina, ve que la segunda mitad del 2009 es promisoria. "El marco internacional nos va a favorecer" estima, considerando que las empresas extranjeras privilegiarán sus inversiones directas -esquivando las financieras- en estos países. "Siempre y cuando vuelva la calma a los mercados", aclara, para no caer en otra predicción fallida.
Días atrás dos grandes eventos económicos se realizaron en la región.
Uno de ellos, organizado por los agentes de cambio de Argentina en el hotel Llao Llao de Bariloche, contó -entre otros- con la presencia del economista y ex presidente del Banco Central Mario Blejer.
El otro, con epicentro en Neuquén, organizado por la Fundación Mediterránea, fue liderado por el economista Jorge Vasconcelos.
En ambas convocatorias se abordó el tema de las perspectivas de la Argentina de cara al 2009. Se habló de las fortalezas y de las debilidades del modelo K, hoy condicionado por un contexto internacional complejo.
Pese a la incertidumbre general, Blejer se manifestó confiado en el rol de los países emergentes. Ofreció en Bariloche el más claro análisis del proceso de crisis que comenzó en el 2007 con el colapso de las hipotecas en Estados Unidos, ganó en confusión e incertidumbre desde el mismo país al resto del mundo e impacta fuertemente en los países emergentes. "Sin tener nada que ver hoy reciben las consecuencias, pero también están al frente de la recuperación", definió el experimentado economista.
(Agencia Bariloche/Redacción Central)