La decisión del gobierno de eliminar totalmente la "tablita" de Machinea respecto de los asalariados es sin dudas acertada.
Con ello el gobierno busca que gran parte de esos excedentes se vuelque al consumo, hoy muy resentido en la economía argentina.
Quienes más cobren más se verán beneficiados por la eliminación de esta distorsión.
Se espera que el Congreso nacional sancione el proyecto de ley antes de fin de año, por lo que los salarios de enero del 2009 ya no estarán sujetos a esta imposición.
Ahora bien, dejando en claro que la "tablita" es totalmente regresiva y estimula, entre otras cosas, el pago "en negro" a muchos asalariados, los objetivos que persigue el gobierno con esta medida difícilmente se cumplan en un 100% en el actual contexto económico nacional.
En un escenario de crecimiento y desarrollo como el del período 2003-2007 para la Argentina, el asalariado hubiese tenido una mayor predisposición al gasto con los excedentes generados por la quita de esta imposición. Hoy la economía se desacelera fuertemente y la confianza en el modelo se encuentra en su peor momento. Muchos de los asalariados que ganan más de 7.000 pesos al mes, en el actual escenario orientarán parte de esos fondos adicionales al ahorro, previendo que se vivirán tiempos difíciles en materia económica.
Por otra parte, en una familia con niveles de ingresos que hoy están afectados por la "tablita" no hay necesidades básicas insatisfechas y todo lo que se denomina "consumo primario" (alimentos, electrodomésticos y recreación, entre otros) está también, en general, cubierto. Los recursos adicionales que ahora quedarán en su bolsillo no se destinarán, en general, de lleno al consumo sino más bien al ahorro.
Pero, dejando de lado esta apreciación, la "tablita" Machinea fue una medida desacertada ejecutada por un gobierno desesperado por recaudar.
Javier Lojo
jlojo@rionegro.com.ar