China celebra este mes el 30º aniversario del inicio de las reformas económicas que le han permitido lograr un crecimiento galopante y un mayor peso internacional y han transformado a la sociedad sin comprometer el poder del Partido Comunista. Pero este mes no sólo quedará asentado por ser una fecha histórica para el país asiático sino por un dato no menos relevante para sí y para la economía mundial, como lo representa una baja en sus exportaciones por primera vez en los últimos siete años.
El acta de nacimiento de las reformas data de diciembre de 1978, cuando el PC acaudillado por Deng Xiaoping, un sobreviviente de las purgas de Mao Zedong, ratificó en la Tercera Sesión Plenaria de su XI Congreso las orientaciones que mejorarían radicalmente las condiciones de vida de los chinos.
En esa época China salía de la Revolución Cultural, un período de intensa violencia política y social liderada por Mao, el fundador del régimen, fallecido en 1976.
Esta nueva "revolución" se inició en el campo, donde las autoridades empezaron a descolectivizar las tierras y a borrar del mapa las comunas populares. El desmantelamiento del sistema y de los viejos credos se trasladaría pronto a las ciudades.
Deng eligió el extremo sur del país como conejillo de Indias de sus reformas. "El método fue extremadamente original", afirma Jean-François Di Meglio, vicepresidente del Centro Asia, una organización de investigación con base en París. "Hicieron pequeñas pruebas, abandonando cualquier dogmatismo", señala.
Shenzhen, Zhuhai, Shantu y Xiamen se convirtieron en las primeras zonas económicas especiales, que admitieron empresas extranjeras con vocación exportadora. La economía planificada empezó a adoptar mecanismos de mercado y tímidamente fue abriendo las puertas del país.
El proceso se llevó a cabo bajo el lema de las "cuatro modernizaciones": industria, agricultura, investigación y defensa. En 1992 Deng les dijo a los chinos que ser rico era "glorioso" y que podían lograrlo a través de la "economía socialista de mercado". China había dejado atrás, definitivamente, su utopía igualitaria. Algunos se enriquecerían antes que otros, pero Deng les pidió a los últimos que tuvieran paciencia. "En conjunto, la vasta mayoría de la población ha visto mejorar su calidad de vida en 30 años de reformas", constató Jean-Louis Rocca, investigador de la Universidad Tsinghua de Pekín. "Pero ha habido un considerable aumento de las desigualdades sociales", apuntó.
China no se librará de la crisis económica actual. Pero tiene un mercado interno enorme que le permitirá seguir en acción.
POR PRIMERA VEZ EN SIETE AÑOS CAEN LAS EXPORTACIONES
Las exportaciones chinas cayeron en noviembre por primera vez en siete años de crecimiento continuo, con lo cual se verifica la contracción de la demanda en mercados como Estados Unidos y Europa.
El gobierno chino ya lanzó hace un mes un paquete de ayudas públicas al consumo de casi 600.000 millones de dólares, según un despacho de la agencia de noticias ANSA. La intervención oficial se decidió luego de que la tasa de crecimiento de la economía bajara al 9% en noviembre, con una disminución frente al 11,9% del mismo mes en el 2007.
Según las previsiones de los economistas, en el 2009 el crecimiento puede ser inferior al 7%.
Otras medidas para enfrentar la deflación fueron examinadas en una reunión del Comité Central del Partido Comunista Chino dedicada a la situación económica, que concluyó el jueves.
Los medios de información chinos informaron que las dos autoridades principales, el presidente Hu Jintao y el primer ministro Wen Jiabao, dedicaron "largos" discursos a la necesidad de hacer frente a la crisis promoviendo el consumo interno.
El camino parece ser largo en virtud de los datos difundidos esta semana. Las exportaciones chinas bajaron un 2% pero las importaciones se redujeron un 17,9%, lo que dio resultado a un superávit record superior a los 40.000 millones de dólares que, opinan los analistas, oculta una crisis de las exportaciones más grave que lo que se pensó en un primer momento.
"En la medida en que la demanda externa siga debilitándose -dijo Jing Ulrich, un dirigente de la oficina china de JP Morgan- es cada vez más importante que el gobierno implemente medidas para reequilibrar los sectores que traccionan el crecimiento".