Teniendo en cuenta la preocupación que generan los números del presupuesto 2009, durante días este diario intentó ponerse en contacto con la ministra Ruiz para que diera su visión sobre los desafíos que deberá afrontar la provincia el próximo año, pero no consiguió respuesta alguna pese a realizar insistentes llamados telefónicos a su despacho.
Lo que se viene
El cierre del 2008 no será complicado, pero sí hay mucha preocupación por lo que se viene.
Para la administración Sapag pagar los salarios en tiempo y forma es clave para poder cerrar un año sin mayores conflictos. Fue un año en que políticamente entregó mucho y recibió poco a cambio. La masa salarial de diciembre está garantizada. Las erogaciones, incluyendo aguinaldos, se ubicarán en torno de los 310 millones de pesos. La cancelación de estos compromisos se realizará con recaudación propia y con la ayuda de fondos provenientes de las prórrogas de las concesiones petroleras.
Sobre fines de la tercera semana de este mes llegarán a las arcas provinciales ingresos extraordinarios por unos 28 millones de dólares (la segunda cuota de YPF y la primera de Pluspetrol). Parte de los mismos irá directamente a cancelar salarios. "No hay fondos para hacer frente a la masa salarial y el aguinaldo sólo con recursos propios. El Banco Provincia ayuda, pero hoy no se llega sin tomar parte de los fondos de las prórrogas", aseguró la fuente consultada. Eso sí, los proveedores, que tienen retrasos en sus cobros de más de 90 días en promedio, deberán esperar un tiempo más. Las prioridades políticas -no sólo de esta administración- están puestas en la masa salarial de los empleados públicos.
Pero no sólo las erogaciones generan preocupación de cara al próximo presupuesto.
Los ingresos también podrían verse afectados, teniendo en cuenta la caída general en el nivel de actividad y el fuerte retroceso que sufrió el precio internacional del barril de petróleo en los últimos meses. Todo indica que la estructura de los recursos presupuestarios neuquinos tenderá a amesetarse.
Los números oficiales de la provincia muestran un cierre de año con un déficit operativo del orden de los 400 millones de pesos. Definir para el próximo año una suba del gasto corriente teniendo en cuenta -en el mejor de los casos- ingresos estabilizados por las causas económicas anunciadas sería más que suicida para la actual administración.
Devaluación e inflación
Si bien la situación económica es crítica y en valores reales no hay que esperar mayores recursos para el presupuesto 2009, el gobierno provincial especula con dos herramientas que puedan cambiar la relación entre costos e ingresos dentro de la estructura de sus cuentas fiscales.
La primera de ellas es la devaluación. En los últimos meses la depreciación de la moneda permitió generar una ganancia adicional relativa al cobrar los ingresos por regalías y los montos cuotificados de las prórrogas en moneda extranjera. Por ejemplo: el acuerdo de prórroga de concesiones con YPF se pactó en cuotas dolarizadas. La primera de ellas ingresó en noviembre por un monto de unos 10 millones de dólares por la que se había presupuestado un dólar a 3,19 pesos y se terminó cobrando a 3,27. Sobre los ingresos por regalías hay que hacer esta misma cuenta; es decir, se mantienen los niveles en dólares pero ingresan más pesos a las arcas provinciales. El gobierno también especula con que, de mantenerse la inflación en el 2009, parte de los gastos tenderá a licuarse y los ingresos ligados a precios terminarán traccionando positivamente sobre el presupuesto, un razonamiento que sirve solamente para el muy corto plazo.
Los números del presupuesto 2009 son preocupantes. El primer borrador muestra que se ubicará en torno de los 5.830 millones de pesos, sin contar aumentos para los empleados públicos. Es decir, éstos son valores subestimados teniendo en cuenta que el gobierno tendrá que negociar, como mínimo, un incremento de salarios acotado para poder mantener su cuota de gobernabilidad en la provincia.
Para muchos funcionarios de Hacienda el problema real de las cuentas fiscales neuquinas radica en la masa salarial, que se duplicará en sólo dos años de gestión al pasar de 1.650 millones de pesos al cierre del presupuesto 2007 a cerca de 3.200 millones proyectados para el 2009. Se trata de un número incompatible con la realidad que se viene: valores del petróleo y del gas en baja (lo que permite entrever menores regalías) y caída de partidas desde la Nación a raíz de una desaceleración de la economía.
Desde el ministerio que conduce Esther Ruiz se puso un techo del 15% a los reclamos salariales del próximo año. Es decir que en el mejor de los casos las erogaciones provinciales en salarios alcanzarán los 3.400 millones, con un valor anualizado superior a los 3.600 millones de pesos. Las mismas fuentes del gobierno son conscientes de que este techo que se pretende poner al aumento de salarios no sólo está pendiente de negociación con los distintos gremios del espectro estatal sino que también falta terminar de consensuarlo dentro del gabinete para que no se repitan los errores del pasado. "En muchos casos, nuestro enemigo está dentro del mismo Ejecutivo", ironizó la fuente de Hacienda, que prefirió mantenerse en el anonimato al ser consultada por el tema.
Todo hace presumir que el año que se avecina no será nada fácil para Jorge Sapag.
Si con un aumento salarial del 25% en promedio para toda la administración pública durante el 2008 gran parte de los servicios que brinda el Estado estuvo prácticamente paralizada (colegios con más de 30 días sin clases, hospitales de paro, rutas cortadas), habrá que esperar un grado de conflictividad aún mayor para el año que se inicia si no se definen medidas de fondo sobre el gasto presupuestario.
El presupuesto se trasladó a marzo
"Si bien los gastos para el próximo año ya están definidos, todavía no sabemos con claridad con qué ingresos vamos a contar para incorporar al presupuesto", confió una de las fuentes del Ministerio de Hacienda.
El Ejecutivo debería haber enviado el proyecto de presupuesto 2009 antes del 31 de octubre. Los desvíos entre los ingresos y egresos son tan grandes que prefirió postergar su tratamiento para el año que viene. El barril de crudo les está quitando el sueño a más de un funcionario de la administración Sapag. Esto, sin dudas, terminará repercutiendo en los recursos.
La nación libera recursos
Los datos del cierre de noviembre muestran que las transferencias discrecionales de la Nación a las provincias (por fuera de la coparticipación) totalizaron en los primeros diez meses del año algo más de 11.900 millones de pesos. La cifra representa un crecimiento del 8% respecto de los montos consolidados para el mismo período del año anterior. Los subsidios al sector privado crecieron más del 55% en idéntico lapso.
Volviendo a los fondos que perciben las provincias, es importante señalar que recién en octubre se observó un crecimiento interanual: ese mes los fondos pasaron de 1.380 millones en el 2007 a 1.886.
Según datos de la Consultora E&R, este incremento obedecería a pagos efectivos de gastos devengados meses atrás sumados a montos predestinados para no dejar caer la obra pública en las provincias.
Resulta claro que el advenimiento de las elecciones legislativas del 2009 es una buena razón para que el gobierno nacional libere mayores pagos destinados a la ejecución de obras de infraestructura, en especial sobre aquellas más alineadas con las decisiones de la Casa Rosada. Y éste es un capital que pretende sobreexplotar la administración Sapag a la hora de repartir fondos públicos para las obras de infraestructura, ya que mantiene un fuerte acercamiento al gobierno central. En esta línea la Nación ya le adelantó al gobernador que refinanciará el 100% de los pasivos provinciales que caerán el año que viene.
Javier Lojo