El Ministerio de la Producción fue creado durante la presidencia de Eduardo Duhalde, en enero del 2002, y confiado a José Ignacio de Mendiguren, entonces -como ahora- uno de los vicepresidentes de la Unión Industrial Argentina. A quien fuera uno de los impulsores de la salida de la convertibilidad y la devaluación, como también de la pesificación, le asignaron un presupuesto de 400 millones de pesos para el desenvolvimiento del año.
Fue un intento para reactivar que duró poco, porque ese gobierno transitorio no desconocía que el Fondo Monetario Internacional (FMI) exigía el ordenamiento de las cuentas financieras como paso previo a las políticas productivas.
Con cinco secretarías (Industria, Pequeñas y Medianas Empresas, Defensa de la Competencia, Agricultura y Transporte) y varios organismos (como el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Agroalimentaria, Senasa, y los institutos nacionales de Tecnología Agropecuaria, INTA, y de Tecnología Industrial, INTI), De Mendiguren prometió privilegiar la producción y la creación de empleo, como asimismo a los industriales nacionales.
En los cinco meses que estuvo al frente de la cartera, quizás el único logro que exhibió fue la aprobación de la factura de crédito para financiar a las pymes. Paulatinamente, la cartera quedó relegada a un segundo plano, a medida que trepó la cotización del dólar.
De Mendiguren se fue y a principios de octubre del 2002, apareció como nuevo ministro del área el entonces secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández. En coincidencia con este nombramiento -del actual ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos-, Duhalde dejó trascender que comenzaba su segunda etapa, que estaría signada por la "reactivación industrial".
Luego, cuando Roberto Lavagna accedió al Ministerio de Economía, absorbió Producción, situación que recién en estos días fue modificada con un desdoblamiento.
Mientras sus colegas de la UIA reclamaban una devaluación para que la producción recuperara competitividad, De Mendiguren integró la delegación que acompañó a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en su viaje por naciones de África. Allegados al ex funcionario afirmaron que aprovechó para transmitirle la necesidad de que se recuperara la gestión oficial en materia de Producción, extremadamente relegada durante las gestiones de Martín Lousteau y Carlos Fernández.