Como se mencionó en la nota central, para el 2009 se espera una fuerte retracción de divisas por menores ingresos de exportaciones.
A este precario hay que sumarle la falta de confianza que tienen los ahorristas que hace ya unos meses tomaron la opción de dolarizar su portafolio y retirarlo del sistema.
La fuga de capitales implica una presión de demanda en el mercado cambiario. Surge a partir de las expectativas de depreciación del tipo de cambio y, fundamentalmente, por la falta de confianza que existe en el modelo económico.
Pero dejando de lado estos componentes, el principal problema que genera la salida de dólares del sistema es que se produce un desequilibrio en el mercado cambiario. Para este año se proyecta una salida de fondos del orden de los 24.000 millones de dólares. Esta cifra pudo ser compensada por el fuerte superávit comercial, el aporte de las reservas del Central y los controles ortodoxos gestados desde el mismo gobierno. El escenario para 2009 no será el mismo, ya que las variables mencionadas no tendrán la fuerza que sí tuvieron este año. De acuerdo a estimaciones de la consultora E&R, el próximo año con un tipo de cambio a 3,60 por dólar y un crecimiento real del PBI en torno al 4% habría un desequilibrio cambiario en torno a los 21.000 millones de dólares, un esquema imposible de sostener teniendo en cuenta que el superávit comercial -principal soporte de compensación- se reducirá cerca del 50%.
Frente a este fuerte desequilibrio, el gobierno tiene dos salidas. La primera de ellas es enviar claras señales al mercado para revertir las expectativas y frenar la fuga de capitales. La segunda, dejar que las variables económicas converjan naturalmente a sus valores de equilibrio.
La breve historia de este gobierno en materia económica permite entrever que no existirá un abrupto cambio del modelo económico y sí es previsible esperar una mayor intervención cambiaria aunque dejando flotar en los momentos críticos al dólar si existe mucha presión de la demanda.
Un dato: en la actualidad el Central cuenta con 46.000 millones de reservas y el monto de pesos que podría ir contra esas reservas se ubica en los 250.000 millones, lo que arrojaría un tipo nominal de cambio teórico de 5,39 pesos por dólar. Sin embargo, es improbable en el actual contexto que toda esta masa de pesos salga a pujar contra las reservas.