La ciclotimia que muestran las bolsas de los Estados Unidos y Europa resume a las claras que no hay una tendencia definida ni un piso sobre el cual se pueda comenzar a reformular una nueva economía para los países desarrollados. Un día el Dow sube 5% y al otro baja el 6%. Los mismo ocurre en el Viejo Continente.
Las únicas variables que muestran una tendencia definida son las monedas. El euro esta semana llegó a perforar la paridad de 1,24 dólares, el valor más bajo de los últimos años. Para muchos operadores del mercado, la fortaleza del dólar seguirá en el 2009 y las monedas de los países en desarrollo deberán acompañar esta depreciación que ya marca el euro.
En lo que respecta al mercado local, todo indica que la tranquilidad impuesta -por decreto- por el gobierno nacional es sólo temporal. La presión de los industriales, del campo y hasta desde adentro de las filas del gobierno proyecta un dólar por encima de los 3,80 pesos para el primer trimestre del 2009.
Pero nadie tiene la "fija" en estas idas y vueltas que están dando los mercados. Los operadores que más conocen del mismo no dudan en señalar a los ahorristas que hay que ser muy prudentes a la hora de posicionarse en algún activo y debe primar la conducta conservadora para pasar de una inversión a otra. Es que las tentaciones son muy grandes. Hay papeles en la bolsa local -como así también en EE. UU. y Europa- que hoy valen un décimo de lo que valían hace sólo unos meses. Entrar a comprar activos de empresas por migajas es algo muy atractivo. Pero nadie sabe quién va a salir parado y quién quedará en el camino luego de esta crisis financiera que pareciera no tener fin.
Hasta la semana pasada no existía inversor que no asegurara la salvación de GM y el Citi, dos empresas emblemáticas de los EE. UU. Hoy, los humores cambiaron y hay más de un operador que respalda la idea de que en esta crisis "nadie tiene coronita".
javier lojo
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