La intolerancia y la falta de representatividad política fue el eje de la presentación de Marcos Aguinis.
Sobre el primer factor, se interpeló: "¿Alguien cree que podríamos exponer civilizadamente nuestras ideas, tal como lo estamos haciendo aquí, en la facultad estatal de Ciencias Sociales? No -se respondió- nos tirarían un camión de verdura por la cabeza".
La referencia de Aguinis fue a las reacciones que se dan de modo frecuente en casas de estudios bajo la férula de una izquierda nacionalista contraria a toda pluralidad de ideas". En otro orden, continuó Aguinis: "El país no tiene representantes, los senadores votan contra sus provincias ¿o es que no hay cheques en el interior como para que tengan que entregarle al gobierno nacional el impuesto?". "Después de probar con el que se vayan todos (¡¿a quién se le ocurre hablar de democracia directa!?) la reacción provocada por la anomia y dicha falta de representatividad, provoca la reacción de los piquetes", continuó la larga reflexión del novelista y ensayista. "Observo una sociedad resignada, fatigada y contradictoria".
Para el escritor hay en el fondo una cuestión sutil del lenguaje. "Parece que hay que decir me metieron la mano en el bolsillo, pero no se puede decir que se está afectando la propiedad privada porque parece que es un robo; están todos los valores tergiversados".