El pase de pesos a moneda norteamericana durante el 2008 alcanzará los 24.000 millones de dólares. Esta fuga sobre el peso argentino es similar a la consignada en el 2001, momento en que la desconfianza de la ciudadanía por la continuidad del modelo económico había tocado sus niveles máximos. Un reciente informe de la consultora M&S destaca en este sentido que hasta ahora el gobierno soportó esta ofensiva del mercado porque la oferta de dólares provenientes del intercambio comercial es mucho más alta que en aquel fatídico 2001. Es sencillo: para el cierre de este año se espera un superávit comercial superior a los 20.000 millones de dólares; en el 2001 este valor apenas llegaba a los 3.000 millones. La fuga de 24.000 millones de dólares del sistema fue soportada este año por el extraordinario ingreso de divisas producto de los precios de las exportaciones.
Sin embargo, tal como lo señala M&S en su último informe, la dolarización de portafolios en los niveles actuales es imposible de sostener en el tiempo. Mantener este esquema generará un cuello de botella sobre el mercado de divisas y amenazaría las reservas y depósitos. ¿Por qué? Porque las condiciones externas del 2008 no serán las mismas en los años venideros.
Los precios de los principales productos exportables argentinos sufrieron una baja promedio del 40% respecto del año pasado y analistas del sector aseguran que todavía no encontraron un piso en sus cotizaciones (ver recuadro abajo). Por lo tanto, es improbable esperar que el superávit comercial de este año pueda repetirse en el período 2009-2010. Y sin los dólares del comercio exterior, la fuga de divisas es insostenible. De los diferentes escenarios proyectados, el año que viene la oferta de divisas provenientes del superávit comercial puede estar en torno a los 10.000 millones de dólares, es decir el 50% del consolidado del 2008. Este valor alcanzará sólo a pagar los compromisos externos del país, si es que el gobierno no consigue financiamiento internacional. Por lo tanto sólo las reservas podrán hacer frente a una nueva ofensiva del mercado en busca de dolarizar los portafolios. El mayor drenaje de reservas abrirá nuevos frentes -como es la imposibilidad de pagar la deuda pública interna- y entonces el cuello de botella será el mismo del 2001. (Redacción Central)